POLÉMICA SOBRE LA CUESTIÓN DEL PODER Y LAS TAREAS.

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ENTREVISTAS:
Para conocer la opinión sobre la insurrección de octubre, las tareas que planteó y las  que a partir de esa lucha victoriosa, están en la agenda para las masas trabajadoras, entrevistamos a los principales dirigentes, la ultima semana de noviembre. No fue posible hacerlo con Evo Morales debido a que en el momento de la entrevista se encontraba de viaje, pero es muy conocida y publica sus posiciones al respecto.
A todos ellos les formulamos las siguientes preguntas: 1.- Muchos consideran que la lucha insurreccional que derrocó a Sánchez de Lozada fue una sorpresa ¿lo fue  para usted o lo había previsto? 2.- ¿Los trabajadores podían tomar el poder o no en octubre? 3.- ¿Qué tareas están planteadas en adelante para los trabajadores  del campo y la ciudad?   El c. Felipe Quispe nos hizo una respuesta muy extensa que por razones de espacio publicamos un  extracto lo esencial de su posición.

JAIME SOLARES, Secretario Ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB)

JS.-  No. Pero, desde el 85 tenemos que ver con claridad  que el pueblo estaba aguantándose  algo que tenía que estallar en octubre. Y aquí no viene sorpresa de nada si no de la bronca del pueblo contra toda esa mafia organizada que tomó el poder el 85 e hizo estragos en contra la  economía, pero más que  todo contra el capital humano, eso hizo la gran insurrección popular.

JS.-  Yo diría que todavía no, porque no teníamos el instrumento. Entonces y ahora, a partir de la fecha,  hay que construir un instrumento político para que el gobierno obrero campesino tome el poder y esto sea a beneficio de toda la población boliviana,

JS.- Hacer asambleas, cabildos grandes en el campo y la ciudad. En todo los sectores para que cuando se dé  una instructiva ya sea del paro indefinido con el bloqueo nacional de caminos, la población cumpla estrictamente esta situación para derrocar a estos canallas que siguen robando en el país.

FELIPE QUISPE, el “Mallku”, Secretario Ejecutivo de la Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia. (CESUTCB)
(Extractos de una extensa entrevista)

FQ.- Para mi esto ya estaba previsto, yo he “craneado” como dilatar la huelga de hambre, implementar bloqueos de caminos, cortar productos agropecuarios, cerrar las ferias comunales, después esperar que cometan un error…
FQ.- Si no renunciaba Gonzalo Sánchez de Lozada estoy seguro que nosotros hubiéramos tomado el poder, pero ¿dónde nos equivocamos?  no hemos podido intercalar con el compañero Jaime Solares. Roberto de la Cruz y otros estaban bloqueando solo, querían brillar mostrándose: yo soy el único. No estaban pensando en la gente. Nosotros ya teníamos los obreros, los gremiales, los choferes del altiplano, indígenas todos los que trabajan en los trabajos más forzados con una iniciativa propia que vibra, que palpita debajo de cada poncho de nuestros hermanos.

FQ. Más que todo nosotros controlamos el movimiento indígena porque la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), tiene trabajo político ideológico en la nación aymara, en la nación indígena. Entonces estratégicamente estamos preparando los cuadros políticos sindicales, pero yo no voy a decir como estamos preparando por razón de seguridad… tenemos que entrar a unirnos con los indígenas que trabajan en las minas y en las fábricas por que aquí no es como en Europa donde el patrón  también es gringo, acá no el patrón es blanco o mestizo, pero el trabajador es indio. Pienso ante esa perspectiva tenemos que limar las asperezas hay que unir el programa que es lo que nosotros pensamos que es lo que piensan los obreros entonces es todo un proceso, organizar  a nuestros hermanos del campo y la ciudad.    
La Central Obrera Boliviana era un cadáver andante ya estaba por ser enterrado pero las revoluciones de septiembre octubre le han  inyectado, creo que hemos vigorizado, pero aún hay que seguir vigorizando,  tiene que estructurarse y llevarse a un congreso orgánico donde hay que revisar también las tesis que tienen desde 1945, son tesis que ya no estan actualizadas.
 
ROBERTO DE LA CRUZ, Miembro de la dirección de la Central Obrera Regional de El Alto (COR)

RC.- Para mi, hay que ser realistas, fue una sorpresa, pero no una sorpresa que cae  del cielo, sino que no se ha preparado . Pero, no se ha preparado para expulsar al Goni,  sino se ha  preparado para forzar a que el gas se recupere y se industrialice en Bolivia. Roberto de la Cruz ha empezado  con ese objetivo el 2 de septiembre, pero esto creció como una bola de nieve y reventó  hasta expulsar a  Sánchez  de Lozada.    

RC.-  Había un peligro de intervención de los Estados Unidos, no había  una preparación estructural,  quién iba a hacer tal y cual para  la toma del poder. Pero ahora sí estamos preparados . 
RC.-  Primero, consolidar las reuniones  populares  del campo y la ciudad para una próxima rebelión popular que va a ser  de grandes dimensiones. Pero para tomar el poder, expulsar a todos los partidos neoliberales, cerrar el parlamento y ahí ingresar a Palacio. 

EN OCTUBRE SE PUDO TOMAR EL PODER
Jaime Vilela G.

La revolución boliviana en curso, como no podía ser de otra manera, plantea una serie de discusiones sobre aspectos claves del proceso. Nosotros consideramos que son por el momento tres los temas que surgen del balance y perspectivas de la insurrección de octubre. Ellos tienen que ver con las caracterizaciones que las principales direcciones  tenían sobre la situación nacional antes de octubre y las tareas que estaban planteadas para el movimiento obrero y popular frente al gobierno de Sánchez de Lozada; sobre si en octubre la insurrección que derrocó al Goni pudo culminar en la toma del poder por los trabajadores o no, y, finalmente sobre el carácter de la situación post caída del gobierno y las tareas que emergen para las masas obreras, campesinas y populares en adelante.
En relación con el primer punto, para ser realistas, como dice uno de nuestros entrevistados, nosotros no encontramos un sólo documento o declaración publica de las principales dirigencias, que haya sustentado que lo que se había abierto en país, no ya desde el año dos mil, sino tampoco desde la insurrección de febrero de este año, un proceso de ofensiva de las masas trabajadoras contra los planes neoliberales  y los gobiernos de turno, que había planteado la  posibilidad real de  acabar con el gobierno de Goni, es decir que había puesto sobre el tapete la necesidad  del problema del poder como una cuestión inmediata. Antes bien, todas las direcciones combatieron estas posiciones como exageradas y la mayoría de ellas colocaron las tareas del movimiento obrero y popular en un marco defensivo ante una supuesta  fortaleza del gobierno. Un ejemplo destacado en relación con esto lo constituye las tesis aprobadas por el XIII Congreso de la COB a dos meses de la insurrección, que resumen las posiciones de la mayoría de las direcciones agrupadas en el llamado Bloque Antineoliberal ( PC, MAS etc.) que asumió la dirección de la COB a la cabeza de Jaime Solares, dirigente minero,  donde por su carácter ecléctico, no encontramos una caracterización coherente de la situación ni las tareas concretas que estaban ya planteadas en relación a qué hacer con el gobierno de Goni. Esto fue así porque estas corrientes mayoritarias  que dirigieron el Congreso no admitieron posiciones alternativas a  las suyas que reflejaban mucho mejor la realidad y optaron por sacar un documento de consenso que no armó correctamente a este evento. No es casual que el documento político aprobado se intitule: “Recuperación y Fortalecimiento de la COB”, una fórmula que expresa una tarea organizativa y defensiva , y no la lucha política por el poder de los trabajadores que implicaba el combate  por derribar al gobierno, ya en crisis.  En este documento, se señala como caracterización que: «…en Bolivia el nivel de la lucha de clases se elevó notablemente en el último tiempo, algo que comenzó con la lucha contra la ley INRA, la ley de pensiones y la masacre de navidad en 1996 y tuvo su poderosa continuación en Abril – Septiembre – Octubre de 2000. las movilizaciones de Abril Mayo, Julio y Diciembre del 2001 y la lucha de Enero y febrero del 2002, ….» – y finaliza el párrafo –  «…cuyos hechos de resistencia a la política opresora del régimen, se patentiza con mayor nitidez en lo ocurrido en fechas 12 y 13 de Febrero del año en curso, es el levantamiento popular que busca derrumbar la política de sometimiento al imperialismo de nuestro país.»  Se habla de resistencia a las políticas neoliberales, pero no se dice que  el curso de esas luchas provocó un cambio en la correlación de fuerzas de clase que colocó a  las masas trabajadoras a la ofensiva, dejando atrás la etapa de derrota  en que se impuso el llamado neoliberalismo. Posición ofensiva que en medio del fracaso de esos planes, planteó la lucha por el poder de los trabajadores, y en ese marco, la caída del gobierno de Sánchez de Losada. Por eso, lo máximo que se encuentra como política es el “llamado al pueblo trabajador boliviano a organizarse para la lucha inmediata contra el gobierno neoliberal y el imperialismo, para evitar que se endeude a nuestro país por otros cinco millones de dólares que nuestras generaciones presentes y futuras deberán pagar sólo para financiar  a los empresarios privados”. Dice una lucha inmediata contra el gobierno (tarea que está planteada siempre contra cualquier gobierno burgués), pero no dice una lucha  inmediata para  acabar con el gobierno de Goni,  mediante la huelga general insurreccional y disputar el poder. El MAS de Evo Morales a pesar de que  surgió como segunda fuerza política del país, como producto del ascenso revolucionario, no dedujo de esa situación la lucha por el poder de los trabajadores, sino la  “defensa del régimen democrático” y sostener al gobierno de Sánchez de Lozada hasta el 2007, en el cuadro de una política electoral para llegar a ser gobierno por esa vía.
Pero, en este Congreso  se puso en discusión una posición minoritaria planteada por el Movimiento Socialista de los Trabajadores –MST-, que sostenía lo señalado líneas arriba, en el sentido que,  en el país se había abierto una etapa revolucionaria que había planteado el problema del poder y que después de febrero, en que las masas derrotaron al impuestazo y al gobierno de Goni, la tarea inmediata era la lucha por derrocarlo, colocando como consigna central para ser levantada por las masas: ¡Fuera Goni y el FMI!. La dirección mayoritaria desechó simplemente esta posición por considerarla incorrecta. Lamentablemente este importante evento por lo equivocada de las posiciones de la mayoría no pudo prever lo que se venía en el país, ni por tanto, las tareas que correspondían asumir a los trabajadores. Por eso hemos considerado que la convocatoria a huelga general indefinida por la renuncia del Goni, como una medida que no estaba preparada, un “bandazo” de la dirección cobista,  porque no se correspondía con lo votado en el Congreso. La presión de los acontecimientos obligó a la dirección de la COB a asumir lo que habían rechazado en el Congreso. Por eso aunque improvisadas, esa medida y esa consigna, probaron ser correctas y ajustadas a la necesidades inmediatas  de las masas; lo fue de tal manera que hizo carne en la mayoría obrera, campesina y popular terminando con el gobierno. Esto sucedió, entonces, no porque se haya previsto realizarla, sino porque las condiciones sociales y políticas del país estaban maduras para concretarlas. Por eso la revolución en curso se da no por que las direcciones se hayan planteado la tarea sino porque la situación real  del país y de las masas empujan objetivamente a esa salida.
En relación con esta primera discusión surge como consecuencia la otra con respecto a si las masas trabajadoras insurrectas podían o no tomar el poder en  octubre. La respuesta que dan la mayoría de las direcciones es que no lo podían hacer. La dirección de la COB encabezada por el c. Jaime Solares, en polémica con nosotros en los dos últimos ampliados de ese organismo llevados a cabo el 17 y 18 de octubre, el día que cae Goni y el siguiente en que se discute si se prosigue o no la lucha,   sostuvo que “no se podía tomar el poder porque no teníamos armas  ni el partido revolucionario”. Esta manera de plantear la cuestión con todo lo aparentemente contundente, ocultaba sin embargo la debilidad central por la cual las masas trabajadoras no tomaron el poder en octubre. No lo pudieron hacer no por falta de organización ya que había generado un organismo de doble poder como la COB, tampoco por falta de combatividad  que lo habían demostrado con creces, sino fundamentalmente porque la totalidad de las direcciones no se plantearon esa tarea. Y no se plantearon no sólo porque no habían previsto que el gobierno podía caer, ni menos que el poder estaba en la agenda de los trabajadores como tarea inmediata, sino porque concientemente le dijeron a las masas en lucha, cuando la huelga general planteó ese problema clave, que si caía el Goni debía ser reemplazado por un gobierno burgués en el marco de la Constitución Política del Estado. Es decir, al gobierno de Goni debía sucederle otro gobierno burgués a través de una sucesión constitucional. Esta salida fue constantemente machacada por los principales dirigentes durante las semanas de combate, en particular por Jaime Solares y Evo Morales. El dirigente de la COB,  sustentó en declaraciones radiales y televisivas que quien debía suceder a Sánchez de Lozada debía ser el presidente de la Corte Superior de Justicia.
Si esa era la política de las principales direcciones, el problema del armamento como el de la dirección revolucionaria, no eran para ellos  la preocupación central. No se requería  encarar esas tareas si de lo que se trataba era de cambiar al gobierno del Goni por otro gobierno burgués, mediante el mecanismo constitucional pacifico.
Y sobre el tema del armamento, no es verdad que  las masas no se hayan armado, lo hicieron con lo que podían, lo mineros con cantidades de dinamita, los campesinos con viejos fusiles máuser,  con palos y piedras. Pero, además en el proceso se iban organizando piquetes para tomar los cuarteles, sobre todo los piquetes del El Alto donde numerosos jóvenes reservistas del ejército se organizaban con tal propósito. Es decir, el problema del armamento estaba en curso de ser resuelto, incluso hubo inicios importantes de insubordinación en el ejercito y de fraternización de elementos de la policía, faltaba una política de la dirección que llamara a concretarlo. Ese proceso no fue impulsado debido a que la política de las direcciones centraba la salida  no en la toma del poder por los trabajadores en lucha organizados por la COB y sus bases, sino en la transferencia del poder a la burguesía.  Fue entonces  por esta política que la insurrección victoriosa que tumba al gobierno, termina entregando el poder al gobierno burgués de Carlos Mesa. Y en este sentido si es evidente que no hubo una dirección revolucionaria con influencia de masas que planteara esa tarea. Pero, como consta en nuestra publicaciones difundidas en plena huelga, publicadas en esta edición, desde nuestra ubicación aun minoritaria, planteamos que no era correcta la política de las direcciones  en el sentido de la sucesión constitucional., sino que la tarea inmediata era organizar la toma del poder por la COB en tanto que se había constituido en el  organismo centralizador y unificador de las masas con capacidad de disputar el poder a la burguesía. Estaba planteado la toma del poder por la COB. La movilización revolucionaria sin precedentes en opinión de la  totalidad de los analistas, la más contundente en mas de cincuenta años, que congregó en las calles de La Paz a más de dos centenas de miles de trabajadores del campo y la ciudad, dispuestas a tomar palacio, pudo hacerlo si la política de las direcciones hubiera sido ésa. Nosotros creemos que se perdió otra gran oportunidad después de las luchas del 52, 71 y 85.
Finalmente, fluye la tercera discusión, tan o más importante que las anteriores, es decir la cuestión de qué se ha  abierto después de la caída del Goni y cuales las tareas centrales que tienen ante sí los trabajadores del campo y la ciudad. Con relación a este tema, a juzgar por las entrevistas aquí publicadas, las tareas serían fortalecer el movimiento de masas para “derrocar a los canallas que nos siguen robando”, en la expresión del máximo dirigente de la COB. Sin embargo, en la práctica, lo que lamentablemente las direcciones vienen haciendo es en primer lugar haber le concedido una tregua al gobierno. Esta tregua le está permitiendo al gobierno de Carlos Mesa, preparar una contraofensiva contra las masas a través de lo que hemos dicho la política de reacción democrática, vía  la Asamblea Constituyente. Es más, en mítines y cabildos públicos, como el realizado recientemente por la federación de fabriles de la Paz, los mismos dirigentes mencionados plantearon  proseguir con ese tipo de reuniones, pero finalmente enmarcadas en la Constituyente. La dirección del MAS, Evo Morales, después de octubre mantiene como eje de su política “la defensa de la democracia” y, además de eso, la de sostener ahora al nuevo gobierno como antes al de Goni, hasta el fin de su mandato el 2007. Y en ese marco ha hecho de la participación en la asamblea constituyente lo central de su política. De entre muchas declaraciones citamos una de las más recientes publicadas en el diario La Prensa de La Paz, en la cual en respuesta a una declaración del fugitivo Sánchez de Lozada, sostiene que: “… la mayoría de los sectores en Bolivia proponemos refundar el país, atendiendo a las demandas hechas durante las protestas de octubre pasado, entre las que destacan la modificación del proceso por el cual explotamos nuestros recursos naturales (incluyendo los hidrocarburos) para que así beneficien a todos los bolivianos y no únicamente a las y transnacionales y la clase alta; convocar a una asamblea constitucional para construir un nuevo y más inclusivo pacto social…” Es decir,  las principales direcciones después de la caída del gobierno del Goni, a pesar de que algunos señalan que en adelante estaría plantada esta vez sí la tarea del poder, sin embargo se han propuesto centralmente llevar el proceso hacia la salida democrático burguesa propiciada por el gobierno. 
Nosotros creemos que con la caída del gobierno de Sánchez de Lozada, lo que se ha abierto es una segunda fase de la revolución, la fase en la cual está planteada la lucha por organizar la toma del poder de los trabajadores mediante su organismo de doble poder que es hoy la COB. La tarea central no es prepararse par participar en la constituyente, sino fortalecer a la COB y sus organizaciones de base como órgano de poder alternativo a la constituyente. Oponer a la COB afincada en la movilización de las bases a la constituyente burguesa. Es decir construir el poder obrero, campesino y popular que en el período abierto dispute el poder a la burguesía, dando una salida obrera y socialista al país. En ese sentido consideramos que una tarea que impulse ese fortalecimiento de los órganos de poder, es la necesidad de realizar un nuevo Congreso de la COB que discuta a la luz de la experiencia de la insurrección de octubre, las nuevas tareas en curso. Y en este combate construir la dirección revolucionaria que conduzca a las masas a la victoria.

Noviembre de 2003

  
 

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