AUMENTO SUSTANCIAL Y SU REDISTRIBUCIÓN SEGÚN LAS NECESIDADES ESTUDIANTILES
Por Jacquelin Pérez
El gobierno ha dispuesto un grave recorte del presupuesto universitario para el 2010, tanto por concepto de coparticipación tributaria como por el impuesto directo a los hidrocarburos (IDH). Las razones serían la falta de ingresos por tributación (en realidad por falta de liquidez porque una parte serían valores y no dinero en efectivo) y la disminución de los mismos por venta de gas debido a la crisis capitalista mundial. Para la UMSA el recorte de coparticipación significa el 17% equivalente a 59 millones de bolivianos y el de IDH 21% equivalente a 17 millones de bolivianos. El primero afecta a los gastos corrientes y el segundo a los de infraestructura.
Esta medida traerá consigo la supresión de varios servicios básicos para el funcionamiento de la universidad, así como la paralización de construcciones necesarias para atender las necesidades del estudiantado. En realidad, el presupuesto vigente era ya insuficiente y no guardaba relación con el incremento de gastos que demanda el creciente aumento de estudiantes cada año. La UMSA es una de las pocas universidades que se mantiene en su antiguo local del Monoblock construido para la demanda estudiantil de hace mas de 50 años. Carece no sólo de infraestructura adecuada (por ejemplo la carrera de Comunicación, una de las más numerosas, usa un predio inapropiado para el estudio y en la Facultad Técnica hay una pelea por un piso debido a la falta de ambientes), sino también de servicios como bibliotecas actualizadas, comedor y transporte universitario propios, guarderías infantiles, campos deportivos, cursos de verano gratuitos, etc. Esto viene ocasionado que sean los estudiantes quienes cubramos los gastos con pagos por diversos conceptos que deben ser gratuitos. Ahora se pretenderá cobrar más.
Las autoridades de derecha (un sector de la derecha, la Rectora) y la seudo izquierda afines al gobierno han aceptado sin chistar estas restricciones que perjudican a la mayoría estudiantil, encubriendo la política del gobierno. Otro sector de la derecha, encabezada por la dirigencia docente, no acepta el recorte, en defensa de sus privilegios de burocracia neoliberal, invocando cínicamente la autonomía universitaria que no dejan de pisotear.
La Juventud Socialista rechaza el recorte presupuestal. Por el contrario, como siempre lo ha demandado, considera que es preciso luchar por un aumento sustancial para cubrir las crecientes necesidades estudiantiles. Llama la base estudiantil a movilizarse por este objetivo, así como en contra de cualquier aumento por concepto alguno. La falta de dinero obedece a que el gobierno no ha recuperado integralmente nuestros recursos naturales, a que comparte con sus socios las transnacionales la explotación de los mismos, a que la oligarquía terrateniente dispone de la tierra para su enriquecimiento constante, y al hecho de que nuestros país no ha salido de la cadena de dominación capitalista-imperialista que le transmite la crisis mundial, haciendo que no lo banqueros sino los trabajadores y los pueblos paguen la crisis provocada por ellos.
Mientras sigamos así los recortes y la austeridad serán permanentes, por lo que se hace necesario pelear por una solución de fondo a la situación del país, dejando atrás el reformismo conciliador del gobierno. No sólo se necesita combatir por aumento de presupuesto, sino al mismo tiempo, por su redistribución según las necesidades estudiantiles. Con criterios de redistribución decididos no por la burocracia universitaria, sino por la base estudiantil en asambleas representativas.
