DESPUÉS DE 12-13 DE FEBERO DE 2003

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EXTRACTO DE NUESTRO DOCUMENTO NACIONAL DESPUÉS DE LA INSURRECCIÓN DE FEBRERO DE 2003

I.- EL MARCO INTERNACIONAL
La situación mundial se caracteriza por un salto en la polarización de la ofensiva recolonizadora del imperialismo, por un lado, y la respuesta de las masas, por otro. El imperialismo, acosado por la  recesión insoluble hasta el momento, la misma que se extiende a Europa,  y por el fracaso estrepitoso de sus políticas neoliberales a escala mundial; tras el 11 de septiembre, declaró una “guerra preventiva” contra los pueblos con el fin de profundizar su ofensiva  y apropiarse de los recursos energéticos del planeta, so pretexto de combatir al terrorismo. Fue así que primero invadió Afganistán, al mismo tiempo que impulsó  la ofensiva en Oriente Medio contra la Intifada, y después contra viento y marea desató la invasión de Irak, además de apretar los mecanismos para la imposición del ALCA en América Latina. Por su parte, las masas trabajadoras y de la juventud no sólo no han cesado de luchar en los epicentros fundamentales de la lucha de clases como América Latina y el Oriente Medio, sino que contra la invasión a Irak, antes de que ésta se produjera y durante la misma, protagonizaron las más grandes y espectaculares movilizaciones contra la guerra, teniendo como vanguardia y como hecho nuevo de la situación actual, la emergencia de las masas de Europa,  en especial, de España, Italia, Inglaterra y Alemania, a las que se sumaron también importantes manifestaciones en los propios EEUU. Se ha producido así un salto importante en la conciencia antiimperialista a escala internacional.
Si bien, el imperialismo a pesar de la  inesperada resistencia de las masas a la guerra que tuvo que enfrentar, finalmente impuso una derrota a Irak, derrota,  sobre todo,  facilitada por la  política traidora de Saadan Hussein quien en lugar de armar al pueblo huyó tras la debacle de sus fuerzas armadas, la victoria  militar que logra, se da en el cuadro de un rechazo mundial sin precedentes a esa escalada guerrera. Pero además, la invasión a Irak, no sólo no ha logrado el apoyo que esperaban de la población irakí, sino que ha sucedido exactamente lo contrario. Hay un desarrollo de las protestas y acciones armadas contra las tropas invasoras. Ya se habla de surgimiento de  una lucha guerrillera y el fantasma de Vietnam ha reaparecido en  esa zona. La población chiíta encabeza movilizaciones exigiendo el retiro de las tropas invasoras para que la salida política quede en manos de los propios irakíes. Y   esto se produce  en el marco de  una mayor desestabilización  del Oriente Medio, donde ha crecido también el odio no sólo al imperialismo, sino también a los gobiernos títeres, como lo demostraron no sólo las movilizaciones en plena guerra, sino también los atentados contra bienes imperialistas en Arabia Saudita y Marruecos. En Palestina la llamada hoja de ruta o el plan de Paz que  reconocería un seudo estado palestino, ideado a favor del sionismo israelí, encuentra dificultades dada la persistencia  de los sectores radicales de la Intifada.
En América Latina a pesar del retroceso de la revolución argentina, la cual no cambia la etapa revolucionaria en curso en ese país, sigue el ascenso revolucionario y las luchas contra las políticas recolonizadoras ya agotadas ante los ajos de las masas que la cuestionan con dureza  caso recientemente en Bolivia, Perú, Ecuador, etc., y la incapacidad del imperialismo y la derecha para derrotar a las masas en Venezuela, así como su incapacidad para cambiar el curso revolucionario en Colombia, amén de estar abierta  la perspectiva de un nuevo nivel del ascenso  en Brasil.
La situación mundial tras la guerra de Irak, muestra un nuevo nivel de la polarización entre la revolución y la contrarrevolución, una etapa revolucionaria donde está planteada la derrota de los planes del imperialismo, aunque relativizada por el rol de las direcciones reformistas. Una etapa en la que,  por otra parte, se ha reabierto la posibilidad de avanzar en la solución de la crisis de dirección revolucionaria.

II.- UNA VEZ MÁS: VIVIMOS UNA ETAPA REVOLUCIONARIA.
Queremos reafirmar esta caracterización porque en el país ninguna organización había caracterizado así la situación abierta el año 2000 con el cochabambazo. Porque, sólo en base a esta caracterización se puede entender las sucesivas oleadas que puso al gobierno de Banzer al borde de su caída, sólo así se puede entender el vuelco electoral hacia el MAS y el MIP en las elecciones del 30 de junio del 2002, elecciones que cambió el mapa político del país. Pero es más, sólo así se puede entender las luchas insurreccionales del 12-13 de febrero del presente año que derrotaron al “impuestazo” y al gobierno de Goni. Para todos los sectores de la izquierda estos hechos les cayeron del cielo, no los previeron. La burguesía quiso explicar el 30 de junio de 2002 como una jugada mal hecha del embajador norteamericano, la OEA y, tardíamente el Goni, quiere explicar los hechos del llamado febrero negro como una simple insubordinación de la policía. Estas explicaciones tratan de ocultar la profunda crisis por la que atraviesan no sólo el gobierno y el  régimen, sino el Estado boliviano.
Nosotros hemos sostenido y sostenemos que todos esos hechos se explican porque el país entró en una etapa de ascenso revolucionario más o menos desde la insurrección de Cochabamba en abril del 2000. Ya desde esa fecha el plan neoliberal había entrado en crisis total, la economía del país había entrado en recesión, existía el descontento en las fuerzas policiales que se insubordinaron por vez primera, los campesinos cocaleros primero y a la vanguardia, y luego los campesinos no cocaleros, así como los sectores de trabajadores urbanos iban entrando uno a uno al torrente de luchas por sus reivindicaciones y contra el gobierno y su plan llamado neoliberal expresado en el 21060 y la 1008.
La relación de fuerzas entre las clases había cambiado. Después de 15 años de ofensiva burguesa imperialista en que se aplicó un fiero plan de ajuste tras la derrota de los mineros en l985, las masas trabajadoras con los cocaleros al frente, revirtieron la etapa de reacción anterior, se colocaron a la ofensiva contra el gobierno y el FMI. El hecho inicial  más trascendente y simbólico de este nuevo proceso fue la insurrección de Cochabamba que expulsó a la transnacional imperialista Aguas del Tunari golpeando duramente a todo el plan neoliberal, al régimen de la democracia colonial y al gobierno que lo venía aplicando. Desde entonces la iniciativa política pasó a manos de los trabajadores, la etapa en su conjunto se convirtió en revolucionaria, Las masas conquistan victorias políticas, tienen contra la pared a los gobiernos. La burguesía y el imperialismo no encuentran una salida de fondo para contrarrestar la situación. Surgió un gobierno más débil, el de Sánchez de Losada, las masas trabajadoras se fortalecen, los partidos campesinos que estuvieron a la vanguardia de las luchas anteriores también se fortalecen y juegan roles protagónicos. El MAS representando a ese sector y apoyado electoralmente por la mayoría de los trabajadores del campo y la ciudad, se constituyó en la segunda fuerza política del país como resultado de esta nueva situación.
Es en este marco que  se producen los sucesos de febrero, tras los cuales se profundiza las características objetivas de la etapa revolucionaria. Las masas vienen de anotarse un nuevo triunfo, el gobierno es derrotado, la crisis del Estado y del régimen se agravan. Está planteado una vez más en Bolivia, como una cuestión de actualidad, o una salida contrarrevolucionaria en sus diferentes variantes o una salida revolucionaria obrera y campesina. Tales  las características de la situación en la que vivimos. La insurrección de febrero, si no la queremos ver como un hecho aislado y casual, ajeno a un análisis marxista, confirma plenamente esta caracterización.

III.- UNA VEZ MÁS: ESTA PLANTEADO EL PROBLEMA DEL PODER EN BOLIVIA
De la misma manera que nadie en el país había diagnosticado que se había abierto una etapa revolucionaria, es decir que había cambiado la etapa de predominio de la ofensiva neoliberal iniciada el 85, a favor de una contraofensiva general de las masas,  tampoco nadie había planteado que en correspondencia  con esa situación, también  se había planteado como una cuestión de actualidad el problema del poder político. A pesar de que este problema había sido planteado en la práctica cuando el gobierno de Banzer estuvo en dos ocasiones al borde de la caída por la movilización de las masas, y a pesar de que el ascenso de las luchas en este sentido, se había expresado con claridad también en la arena electoral, cuando el 30 de junio del año pasado, las masas colocaron a Evo Morales prácticamente en el  primer lugar, es decir, cuando en realidad si no hubiera sido por las maniobras leguleyas de la burguesía y del imperialismo, había ganado las elecciones.
Nosotros sostuvimos ya desde junio-agosto del año pasado que: “aunque el ascenso no será lineal, sino como es natural con alzas y bajas, el desarrollo de las luchas, en mayor medida que en los años anteriores, pondrá en cuestión el problema  de la permanencia del gobierno  y por consiguiente el problema del poder. Está en perspectiva el surgimiento de crisis revolucionarias. La confluencia de las luchas como las de abril y septiembre de los años anteriores, que volverán a darse con nuevos bríos, planteará, una y otra vez, el problema del poder y del gobierno como una cuestión de actualidad”.(Documento del CC de agosto).
A nosotros se nos combatió desde las organizaciones y dirigentes reformistas hasta muchos de los que se consideran revolucionarios, por afirmar  que habíamos entrado a una etapa en la cual estaba planteado el problema del poder para los trabajadores como una cuestión presente. Se nos acusó de estar fuera de la realidad, de tener una posición ultra izquierdista. Se nos dijo que ese problema no estaba planteado, que era una locura, una exageración. Se arguyó que no estaba planteado ese problema, entre otras razones, porque las organizaciones de los trabajadores como la COB estaban en seria crisis. Que no era tal la ofensiva de las masas que nosotros resaltábamos, que todavía no había un  tal ascenso, que la burguesía no estaba tan en crisis, que por tanto, por ejemplo, no se le podía exigir al MAS que tome el poder, sino que  debía  hacer un trabajo parlamentario normal, no al servicio de la toma del poder, sino de una oposición parlamentaria como en tiempos más o menos normales, etc.
Pero, más temprano que tarde estas acusaciones fueron completamente desmentidas y nuestras caracterizaciones se comprobaron como correctas por la realidad de los hechos. Los bloqueos de enero que tambalearon al gobierno, primero, y sobre todo, las luchas insurreccionales del 12-13 de febrero, después, demostraron con la contundencia de la terca realidad que el problema del poder estaba  planteado en toda su crudeza. Las movilizaciones del 12-13 pusieron al gobierno de Goni al borde de su caída, hubo una crisis  revolucionaria, se pudo tomar el poder.
Desgraciadamente, tuvo que ocurrir más de 50 muertos y centenas de heridos en dos meses para entender no sólo que vivimos una etapa revolucionaria de duras confrontaciones de clase, sino que está más planteado que nunca el problema del poder. A partir de entonces ya no debería haber dudas al respecto, porque la terca realidad había dado su veredicto, pero las direcciones mayoritarias con Evo a la cabeza en su aún  más terca capitulación completa al Estado, al régimen y al gobierno de Goni, a pesar de la evidencia de los hechos, persisten en considerar  que “las condiciones no están maduras”, “el poder no está a la vuelta de la esquina”, etc., argumentos que utilizan para sostener al gobierno y al régimen de la democracia colonial en crisis completa. Por eso nosotros queremos reafirmar que este problema está planteado una vez más en el país en toda su dimensión, problema de cuya solución depende el destino de la clase trabajadora. Por eso  se impone dar una dura pelea política para ganar a la vanguardia para esta caracterización y  preparar a las masas para  encarar este problema clave de la situación boliviana, so pena de sufrir otra derrota.

IV.- EL 12-13 DE FEBRERO SUCEDIÓ UNA INSURRECCIÓN DE MASAS.
Convulsión. Dos días de asedio al poder… la protesta se instaló en la Plaza Murillo. Tras 20 años de democracia y 18 de ajustes económicos, las calles se desbordaron con hechos de muerte y destrucción. El país empieza a repensar su presente y su futuro”. Así encabezaba un especial de uno de los periódicos más importantes de Bolivia un mes después de los sucesos de febrero. Efectivamente, habría que decir que fueron dos días de asedio al poder que conmovió Bolivia. Y cuando el poder aparece en disputa por acción de las masas que desbordan las calles, lo que sucede no son simplemente unas movilizaciones de las tantas que acaecen  cotidianamente en Bolivia. Lo que realmente aconteció el 12-13 de febrero fue una insurrección de masas, de trabajadores ocupados, sectores medios, desocupados, de sectores de la juventud y hasta de los policías. Esta insurrección no fue preparada ni organizada, sino fue espontánea. Fue una reacción de combate contra el gobierno y su  pretensión  de imponer un nuevo ajuste a las masas trabajadoras con el fin de cumplir el mandato del FMI de equilibrar el déficit fiscal vía mayor saqueo de los bolsillos del pueblo trabajador. Pero, más que eso, fue una reacción contra todo el plan recolonizador, del cual dicho ajuste era sólo una parte,  plan que se viene aplicando por años y fue la continuidad y el mayor golpe dado al mismo en dos años de combate.
El motín policial que surgió de una institución cuyos efectivos medios y de base iban a sufrir también el impacto de dicho ajuste y que viven descontentos  con los gobiernos desde por lo menos el año dos mil cuando se rebelaron junto al cochabambazo por motivos parecidos, sólo fue “la chispa que encendió la pradera”. Porque ese motín no se dio  en un clima de tranquilidad y paz social, sino en el cuadro  de descrédito del gobierno y un generalizado rechazo de las masas a éste. Se dio cuando sólo un mes atrás el gobierno había sido  vapuleado, por vez primera, por los bloqueos cocaleros  y por  luchas urbanas como las de los jubilados, con decenas de muertos y heridos. Se dio, en fin, en el contexto de un ascenso de las luchas obreras, campesinas y populares que empezó con fuerza el año dos mil. No es pues verdad, como  quiere hacer ver para ocultar su derrota, el gobierno y el imperialismo a través de la OEA, que el 12-13 sólo ocurrió un motín policial, sino una insurrección de masas que puso en cuestión el problema del poder…
Estas luchas insurreccionales que no fueron preparadas ni organizadas, tuvieron, sin embargo como protagonistas centrales a los trabajadores, ocupados y desocupados y la juventud. Fueron las bases de las principales organizaciones sindicales, las bases de la  COB, las CODs del interior, aunque su  dirección nacional  no previó ni organizó nada, las que salieron al combate. En febrero por vez primera en este nuevo ascenso son los trabajadores urbanos los que toman la iniciativa dejando en segundo plano a los campesinos cocaleros; son las ciudades principales las que son epicentros de estas luchas y no como venía sucediendo hasta entonces el Chapare cocalero. Son por tanto las masas trabajadoras y la juventud de La Paz, El Alto, Cochabamba, Oruro, Potosí y Santa Cruz, las protagonistas centrales. Ya antes, en junio del 2002 en el terreno electoral, estas mismas masas se habían manifestado en contra de los aplicadores de los planes neoliberales, buscando una salida a través de los partidos campesinos como el MAS  y el MIP. Ahora lo harían mediante la acción directa de las movilizaciones. De hecho las masas trabajadoras de las ciudades vienen sincronizando sus luchas con las del campo y en este último tramo han pasado a la vanguardia como nueva realidad de la lucha de clases en el país. Este hecho supera la fase anterior y reubica a la COB ante la posibilidad de reorganizarse para  unificar y centralizar el ascenso.

V.- SE PLANTEÓ EL PROBLEMA DEL PODER. EL GOBIERNO FUE DERROTADO. LA ETAPA REVOLUCIONARIA SE HA PROFUNDIZADO.
La insurrección de febrero planteó  el problema del poder,  las masas no sólo exigieron la anulación del impuestazo, sino exigieron también que se fuera el gobierno de Sánchez de Losada. Por 24 horas no hubo gobierno, las masas se adueñaron de la sede del gobierno: La Paz. El presidente acorralado por las movilizaciones, en medio del tiroteo entre policías y militares, huyó del palacio de gobierno camuflado en una ambulancia para parapetarse en el Estado Mayor de la Fuerzas Armadas. Hubo en ese lapso de tiempo un vacío de poder o una crisis revolucionaria, el gobierno había perdido el control de la situación. El poder estuvo al alcance de la mano. El gobierno en crisis total, por vez primera en 20 años, fue incapaz de recurrir al tradicional estado de emergencia o estado de sitio que la situación ameritaba, y ello  se debió a que las “instituciones del orden”, la policía y las fuerzas armadas se acribillaban entre sí y una de ellas la policía se había rebelado, mientras las masas insurrectas asediaban el palacio de gobierno e incendiaban y saqueaban los principales edificios signos del poder burgués como el Ministerio de la Presidencia, el de Trabajo, el de Desarrollo, la alcaldía de El Alto, así como locales de los partidos de gobierno MNR y el MIR, y simbólicos centros comerciales y de recaudación  como la Coca Cola, la Aduana y otros. Los saqueos e incendios no sólo se realizaron en la Paz y El Alto, sino también en el interior como en Cochabamba, Oruro  y Santa Cruz.
Si en febrero no se tomó el poder no fue por falta de disposición y combatividad de las masas, sino por la política colaboracionista de las principales direcciones políticas y sindicales de los trabajadores, como la dirección de la COB, la CSUTCB, Magisterio, el MAS y el MIP. Estas direcciones no previeron ni prepararon estas jornadas, fueron sorprendidas, es más estropearon su planes de diálogo, de las siete mesas organizadas por el MAS, tras los bloqueos de enero. No es entonces casual que no estuvieran presentes a la cabeza de las luchas como era su deber. Si estas luchas hubieran sido organizadas por la COB y las principales direcciones con Evo y el MAS a la cabeza,  el poder pudo haber sido alcanzado. Lo que faltó fue organización y centralización y desde luego una dirección de combate.
El 12-13 el gobierno de Goni que había nacido débil, y que tras las negociaciones a su favor logradas con los cocaleros que puso término a los bloqueos de enero, se sintió con autoridad para imponer el “impuestazo”, fue derrotado por la acción de las masas. El impuestazo era una pieza clave del presupuesto general de la nación, preparado muy al gusto de los planes de FMI al servicio del pago de la deuda externa y de las transnacionales. Al derrotarlo, las masas derrotaron al gobierno y su plan, hirieron de muerte también a  todo el plan de recolonización que ya venía siendo muy combatido desde hace dos años.
El gobierno profundizó así su debilidad y entró  en grave crisis. En lugar de atacar a las masas, dio marcha atrás en sus planes de ajustes fiscales, después de retirar el impuestazo, se vio obligado a reducir el aparato de estado suprimiendo ministerios, intentó supervisar a las capitalizadas y el plan de la venta del gas quedó en suspenso; de hecho su plan de salida por Chile está prácticamente derrotado, ahora dice que será sometido a consulta popular. Por meses no pudo hacer nada al interior de la policía, sólo recientemente sancionó al Mayor Vargas sacándolo de esa institución, pero sin lograr estabilizar la situación. El gobierno estuvo y en cierto sentido está virtualmente  semiparalizado. Hay una trabazón en la aplicación de sus planes. Diversos sectores se oponen a una y otras medidas, no ha podido pasar el aumento de la tasa de embarque en el aeropuerto por oposición del empresariado del turismo, pero incluso el empresariado nacional está en contra del proyecto de nuevo código tributario al cual califican de punitivo a favor del contrabando y no reactivador, en el Parlamento se traban la aprobación de un conjunto leyes que incluyen  las llamadas de reactivación y el famoso “perdonazo” a favor de grandes empresas y su socio Fernández. Han crecido los desacuerdos y fisuras  incluso entre sus propias filas y en la coalición gubernamental con el MIR. El llamado riesgo país ha crecido y en suma las dificultades para gobernar también.
Creemos que tras febrero la etapa revolucionaria en su conjunto se ha profundizado en sus elementos objetivos. No hay reactivación de la economía o en el mejor de los casos una modesta reanimación que no se expresa en los salarios que siguen siendo de hambre y menos en el desempleo en crecimiento. Falta de solución a las demandas más elementales de las masas trabajadoras. Mayor debilidad del gobierno que le impide aplicar a fondo una plan de mayor ajuste dada la fuerte lucha de las masas, fortalecimiento objetivo de los trabajadores del campo y la ciudad que mantiene a raya cualquier aplicación de mayores medidas de sacrificio a las masas, de hecho las masas conservan la ofensiva y se mantiene la crisis al interior de  las fuerzas policiales y las Fuerzas Armadas.
El factor que relativiza este proceso, es indudablemente el rol de las direcciones mayoritarias las que, tregua de por medio, aplican  su política de “defensa de la democracia” y de sostener al gobierno hasta el 2007, pasando por la municipales del 2004.
 
VI.- EL REGIMEN Y EL ESTADO HAN PROFUNDIZADO SU CRISIS
El régimen democrático burgués colonial ha salido también más cuestionado tras el 12-13. El parlamento que ya venía mal visto por importantes sectores, es ahora más cuestionado debido a su inoperancia y a la lentitud para dar alguna ley, menos alguna que favorezca a los trabajadores. Las disputas entre los miembros de la coalición, así como al interior del MNR hacen que este organismo haya perdido más credibilidad que antes. La crisis en el poder judicial que es crónica debido a la corrupción en sus filas, también ha cobrado nuevas magulladuras. El descrédito en esta institución se desarrolla. Un aspecto de este fenómeno es el hecho de que Bolivia está a la cabeza de los ajusticiamientos por “mano propia” en el mundo, dado que amplios sectores no  creen en la justicia oficial.
Aparentemente la crisis en Bolivia se reduciría al problema del gobierno y, en parte, del régimen; sin embargo, la crisis alcanza al propio Estado. Los dos pilares del Estado: El Ejército y la Policía están atravesados por una seria crisis, a tal punto que estas dos instituciones se agarraron a balazo limpio el 12-13. Si bien el Ejército salvó al gobierno en esas luchas ya que defendió “el sistema democrático” enfrentándose a la Policía, sin embargo dentro del mismo Ejército se incuba una fuerte crisis no sólo por las desigualdades económicas entre los mandos y los sectores de base y la  tropa, por los abusos que se cometen contra estos últimos, sino por la corrupción campante entre los altos mandos y también por la emergencia entre las filas de  sectores de la oficialidad media que cuestionan la entrega de los recursos energéticos como el gas a manos extranjeras.  Esto último se expresó con la insubordinación del Coronel Ugarte después de febrero y la declaración conjunta que realizó con el Mayor Vargas en defensa de reivindicaciones nacionales. El Coronel Ugarte al parecer no sólo expresa a su persona sino a un sector al interior del Ejército.
De hecho la mayor crisis se instala en la Policía, la misma que aún no está completamente controlada. Esa crisis se volvió a agudizar con las declaraciones de la OEA culpándola a ésta de los hechos de febrero, la misma que desató intentos de nuevos motines y la huelga de hambre de un capitán y un sargento. A pesar de los intentos por dar una salida a esta crisis, incluso con ayuda del gobierno de España, no se vislumbra que esta crisis haya sido superada. En el marco de una mayor crisis social, del Estado y del gobierno es muy difícil que se la pueda lograr a menos que  se aseste una derrota a todo el proceso en curso, la cual aún está por verse.

VII.- EL MOVIMIENTO OBRERO, CAMPESINO Y POPULAR SE HA FORTALECIDO
Como hemos dicho la insurrección de febrero fue obra centralmente de las masas trabajadoras y de sectores de la juventud, donde el motín policial fue el detonante que abrió las puertas a la rebelión. Las masas irrumpieron rebasando a sus direcciones. La dirección colaboracionista de la COB había declarado un Paro Nacional, pero de hecho las masas ya habían asumido en la práctica esa medida y, más que eso, habían decido asediar el poder. Esa dirección en realidad  con eso sólo hizo  un gesto y se colocó  a la cola de la acción independiente de las masas. Fueron, sin embargo, sus bases más importantes, en la Paz, y las CODs departamentales las que protagonizaron las jornadas de movilización más importantes, donde hay que destacar los  trabajadores ocupados y desocupados y la juventud de El Alto. Fueron estas movilizaciones las que derrotaron al impuestazo y al gobierno y no solamente el motín policial. Las masas trabajadoras y de la juventud, se han adjudicado una nueva victoria contra el gobierno hiriéndolo de muerte, victoria esta vez la más clara y contundente realizada en la acción directa  a nivel nacional. Es la victoria política más importante en lo que va del ascenso. Es superior a la alcanzada regionalmente el 2000 en Cochabamba y, desde luego, superior a las expresadas electoralmente el 30 de junio. Entonces la conclusión categórica que se impone es que el conjunto de las masas trabajadoras del campo y de la ciudad, con esta contundente victoria política, se fortalece y se coloca en mejores condiciones para encarar las luchas que se vienen.
Las direcciones mayoritarias y algunos analistas sostienen  que no hay tal fortalecimiento porque la COB aún se mantiene en crisis. Este es un análisis equivocado debido a que deja de lado un aspecto central, que consiste en no ver que quienes derrotaron al gobierno fueron las bases movilizadas de la COB, para deslizarse a las tesis del gobierno que sostiene que el 12-13 fue sólo un motín policial y vandalismo por falta de policía. Nosotros sostenemos que no fueron gente extraña a la COB los que se movilizaron, sino sus bases, sobre todo en las ciudades principales. Lo que ocurre es que esas luchas no se han expresado directamente en organización y menos aún en la reorganización revolucionaria de la COB. Esta es una debilidad del ascenso. Pero, no es totalmente cierto que  no ha impactado en la situación de la COB, ya que después de febrero, la dirección más derechista de Saturnino Mallku se ha debilitado al punto de haber sido defenestrado, para jugar un rol más decisivo las corrientes de oposición como el bloque antineoliberal que viene de fortalecerse en los fabriles y los mineros. Es decir se ha desarrollado el proceso de reorganización más hacia la izquierda, aunque no haya surgido aún una corriente clasista consecuente que es otro aspecto débil del proceso. Pero se ha abierto la derrota de los sectores más derechistas y se ha abierto la posibilidad de una recuperación clasista de la COB. (…)
Las direcciones reformistas ocultan u opacan este resultado colosal, siguen considerando que aún las masas están a la defensiva. Esto se revela incluso en sus slogans defensivos, como si viviéramos hace 10 años en pleno auge del llamado neoliberalismo y la derrota. Lo hacen no por ignorancia sino por que tratan de minimizar las conquistas que lograron las masas, donde ellas más de las veces no estuvieron a la cabeza, con el fin de imponer su política de sostener al gobierno so pretexto de “defensa de la democracia”
En este marco el surgimiento del llamado Estado Mayor del Pueblo, organismo creado principalmente por el MAS tras los bloqueos de enero, no constituye una alternativa de centralización, ya que es un  ente que no sólo pretende sustituir a la COB, ante la incapacidad de esa dirección de recuperar a este organismo, sino  que no sirvió ni tan siquiera  para centralizar e impulsar las luchas de los cocaleros. Antes bien fue un instrumento para negociar con el gobierno una nueva tregua, la de las siete mesas de diálogo. No por nada ese llamado Estado Mayor no jugó ningún rol centralizador y de combate alternativo en la insurrección de febrero. Lo que está planteado después de febrero no es la creación artificial de nuevos organismos de centralización, sino la recuperación clasista y de combate de la COB para que juegue su rol tradicional en este nuevo ascenso. Y el denominado Estado Mayor del Pueblo en vez de dividir esta llamado a impulsar esa tarea.
 
VIII.- LAS DIRECCIONES GIRAN MÁS A LA DERECHA. DEFIENDEN AL RÉGIMEN Y AL GOBIERNO. LA POLÍTICA DEL MAS.
Cuanto más revolucionaria se vuelve la etapa desde el punto de vista de las condiciones objetivas, las actuales direcciones se vuelven más contrarrevolucionarias. Tal la situación de las direcciones del  MAS la segunda fuerza política del país, el MIP y de la COB. En enero y febrero se dieron las mejores condiciones en lo que va de la etapa de ascenso, para echar al gobierno de Goni. En enero el gobierno tambaleó con los bloqueos cocaleros y de otros sectores y en febrero se produjo la insurrección que lo derrotó  y lo puso al borde de su caída, pero la dirección del MAS con Evo a la cabeza, no sólo negoció a favor de una nueva tregua los bloqueos cocaleros de enero, sino que al ser sorprendidos por la insurrección de febrero que echó por los suelos esa tregua, no hizo nada para darle dirección de combate a esas movilizaciones, salvándole así al gobierno de una inminente caída.
De la dirección de la COB se sabe de sobra que viene de aplicar una política de apoyo a los gobiernos de turno y en febrero ratificó esa política al dejar pasar esa oportunidad con gestos,  pero sin la mínima posibilidad de organizar y centralizar las luchas dada su falta de autoridad para alguna convocatoria de masas.
Pero, muchos esperaban que el MAS, que el 30 de junio había recibido un respaldo masivo del campo y la ciudad, jugara un rol de acuerdo al mandato de lucha que le había dado esas mismas masas. Sin embargo, como casi solitariamente habíamos afirmado ya en junio del 2002, la dirección del MAS se había propuesto sostener al gobierno hasta el 2007 y recurrir a las movilizaciones sólo como instrumento de presión para conservar una cómoda condición “opositora”. Donde una vez más quedó explicitada esa política   fue cuando el  Embajador de los EEUU urgido de sacar del aislamiento y el ostracismo al  gobierno de Goni después de su derrota, le increpó al MAS estar urdiendo un golpe de estado para abril de este año. El MAS por boca de Filemón Escóbar, pero luego por Evo mismo y toda la plana dirigencial, se encargó de desmentir al Embajador, argumentando que ese partido no estaba  por un golpe, que en todo caso el golpe lo estaba preparando el imperialismo, que  estaba  por “la defensa de la democracia” y que sólo sacaría al gobierno con la papeleta electoral el 2007. El embajador había logrado su objetivo de hacer confesar al MAS su profesión de fe en defensa de la democracia, en una situación de grave peligro para su gobierno y su régimen colonial. A confesión de parte relevo de pruebas.  Nosotros consideramos que se ha confirmado completamente la caracterización  que en su momento hicimos de esta dirección. No es entonces de extrañar que en los momentos decisivos de las luchas juegue a apagar el incendio para salvar “la democracia” y al gobierno.
Filemón Escobar desarrolló en esta línea, la política del Ayni, de la colaboración, nada menos que después de febrero; sostuvo sin vergüenza alguna que si se produjeran nuevas movilizaciones el gobierno caería, que por consiguiente lo que había que hacer para defender la democracia,  es  un pacto social de gobernabilidad. Aunque no toda la dirigencia del MAS tomó al pie de la letra las tesis de Escóbar, sin embargo, sí practican el contenido de las mismas, porque la política de sostener al gobierno hasta el 2007 dentro de la estrategia electoralista, significa que han acordado un pacto social de hecho con el gobierno para sostenerlo hasta esa fecha. Esta política se expresa en mantenerse en el parlamento como una simple “oposición a su majestad” y del dialogo permanente a favor de las treguas. No firman un pacto social de derecho debido a las fuertes presiones de las masas en contra de ese acuerdo.
Ese pacto de gobernabilidad pretende justificarse, además, bajo la consideración oportunita sustentada por Escobar, en el sentido de que estando supuestamente en peligro la democracia por un golpe  de  derecha, del imperialismo, no habría que repetir el “error” del 85,  cuando al impulsar la movilización se habría provocado la derrota de los trabajadores en manos de la derecha. Pero Filemón es incapaz de ver, dada su política colaboracionista y de capitulación completa al gobierno y al imperialismo, que tanto el 85 como hoy lo que estuvo y está planteado no es la defensa de la democracia, sino el reemplazo de ese régimen burgués y del gobierno por el gobierno de los trabajadores. Es incapaz de ver, que efectivamente la democracia burguesa y el gobierno están en peligro hoy, pero no  por la inminencia de un golpe de derecha, sino sobre todo y ante todo por la movilización de las masas que busca una salida de clase a sus miserias. La dirección del MAS junto a las demás direcciones defienden a la democracia y al gobierno en contra de esta salida de clase que está planteada hoy, bajo mil pretextos capituladores.
Y últimamente en el Congreso de las federaciones de cocaleros se ha ratificado esta línea colaboracionista que busca condicionar y subordinar todas las luchas a la política electoral del 2004, a las elecciones municipales, donde piensa el MAS avanzar en el copamiento de los llamados “espacios de poder”. Ya antes en la reunión del llamado Estado Mayor Filemón con todo descaro había delineado “protestas”, y huelgas de hambre incluyendo a los parlamentarios, no con el fin de impulsar la movilización consecuente de las masas, sino con cálculos electorales hacia las elecciones municipales.
Esta política del MAS como de toda dirección burocrática pequeño burguesa, contrarrevolucionaria, que son un obstáculo absoluto para la construcción del partido revolucionario, tiene una base de clase. En el caso del MAS su base  de clase  se asienta en la situación objetiva de los campesinos cocaleros, pequeños propietarios,  a quienes representa. En este proceso no podía dejar de crecer un descontento de importantes sectores con la política del MAS y también el descontento en sus bases que sin embargo no llega aún a la ruptura, pero a diferencia de junio del año pasado se está produciendo un relativo debilitamiento del MAS ante los ojos de las masas y ante sectores de sus propia base. Pero, de esta apreciación no podemos concluir que ya el MAS ha dejado de ser la dirección o el referente político principal de las masas, pues aún conserva esa condición aunque un tanto cuestionado. No es un incidente que haya ganado recientemente la dirección de la CSUTCB, desplazando al MIP.
Del MIP no podemos decir algo diferente, salvo que en esta línea de capitulación está  más a la derecha del MAS. Recientemente ha sufrido una división importante. Parece que en su riña por merecer el apoyo o el reconocimiento de un sector  del  gobierno (se habla de una aproximación del Mallku al MIR) ha entrado en descomposición. Y recientemente ha perdido la dirección de la CSUTCB a favor del MAS.
Por otra parte, creemos que el POR forma parte de la burocracia reformista de las direcciones que predominan hoy en el movimiento obrero y popular. Su política cuyo eje es la “dictadura del proletariado” en abstracto en todo momento y lugar, es en el fondo ultra oportunista. Con eso en realidad no sólo le capitula al gobierno, sino también a las direcciones mayoritarias. A éstas les deja con las manos libres ya que no tiene una política de emplazamiento sino de denuncia verbal y de abstención en la práctica. Como “la dictadura del proletariado” sólo la pueden hacer ellos, y como no lo pueden hacer ahora, su política es de denuncia abstracta del capitalismo, pero economicismo puro en relación al gobierno. Fue así como encaró la huelga de los maestros, donde en momentos en que el gobierno estuvo más debilitado que nunca, la huelga tuvo como eje el aumento salarial, y no el  ¡Fuera Goni!, menos ni una palabra sobre la deuda externa, por ejemplo,  y a lo sumo el aumento salarial se daría recortando las dietas de los parlamentarios. En el sector estudiantil sirve de comparsa a los agentes del gobierno avalando sus congresos y eventos de legitimación con métodos burocráticos.
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IX.- LA OPOSICIÓN BURGUESA
El único partido importante de la burguesía que no entró a formar parte del gobierno fue el NFR de Manfred Reyes Villa, esta condición lo ha ubicado como un partido de la oposición burguesa. Desde esta ubicación le disputa al MAS la oposición al gobierno. Sin distinguirse de los planes centrales del gobierno, con los que esta de acuerdo, basa su oposición en cuestiones ligados a la reactivación de los empresarios nacionales, a la corrupción, los plus, donde contradictoriamente también participaron, la reforma de la CPE, el reclamo aunque timorato de Constituyente, etc.
Ante el descrédito de los partidos mayores de la burguesía como el MNR y el MIR, se plantea como una alternativa de recambio. Hasta el momento esa es una posibilidad, aunque no se haya colocado claramente en ese perfil. Dada la política colaboracionista del MAS el NFR ocupa un cierto espacio de “oposición”, aunque se vuelve a decir como a fines del año pasado que este partido estaría por llegar a un acuerdo para formar parte del gobierno, lo que terminaría por anular la posibilidad de un recambio burgués.

X.-  LA POLÍTICA DE LA BURGUESÍA: PACTO SOCIAL
Hemos dicho que el gobierno ha sido derrotado, que ha quedado semiparalizado. Pero no se da por vencido, trata por todos los medios de recuperar terreno, busca tomar la iniciativa política. Incluso trata de endurecer su política en particular respecto a los cocaleros dando continuidad con  la erradicación de la hoja a pesar de que luego de febrero dijo que cambiaría de política. Incluso Goni se dio el lujo de declarar que defendería a su gobierno con las armas, declaración rechazada desde distintos ángulos. ¿De dónde saca  fuerzas para esto? Indudablemente de la política de las direcciones. El imperialismo y el gobierno saben que cuentan con la colaboración de las direcciones para continuar gobernado, incluso para intentar volver a nuevos ajustes recolonizadores. Como hemos registrado arriba, así se lo manifestaron categóricamente la dirección del MAS.  Pero el gran problema que está enfrentado es la lucha cotidiana y permanente de las masas que no están dispuestas a darle tregua. Movilizaciones de maestros, padres de familia, gremiales, estudiantes, jubilados, mineros cooperativistas, cocaleros, de los sin tierra; de departamentos, provincias  y regiones con bloqueos de caminos, etc. son el tema de fondo cotidiano en el país. Entran unos y salen otros al torrente de luchas sin obtener soluciones de fondo, salvo migajas y promesas que después son incumplidas, lo que a su vez provocan nuevas movilizaciones. A pesar del pacto de hecho de la direcciones, el país no se ha pacificado, se ha vuelto más ingobernable, sobre todo, después de febrero. Incluso, como hemos dicho, la burguesía muestra su descontento por la ausencia de medidas efectivas y rápidas para la recuperación económica, además de la desatención de las regiones que como el caso de Santa Cruz, recrudece su amenaza de separación o autonomía.
Es indudable que en una situación como ésta la preocupación central del  imperialismo y el gobierno es orquestar una salida. El golpe es una de ellas, desde luego que ganas no les faltan. Pero esta salida a pesar de que cuenta con el marco de la guerra total de Bush contra los pueblos, no es la más viable, de momento, en América Latina dado el ascenso de las masas y dado a que en Bolivia el ascenso se combina con la debilidad y la crisis de las fuerzas policiales y militares. En general, en América Latina la política de la reacción democrática y de los frentes populares es la que mayor resultados le esta dando al imperialismo para capear el temporal de su crisis y del ascenso. Entonces la política central, sin descartar la primera en situaciones ya muy extremas, es en estos momentos la del Pacto Social de derecho, es decir un acuerdo de gobernabilidad expresamente firmado por todos sus componentes, no sólo de hecho que ya la tiene con las direcciones, sino con las organizaciones sindicales, sociales, y regiones, buscando que intervengan  en este intento a las direcciones. Pacto que le permita gobernar con tranquilidad y encaminar  la situación hacia la salida electoral del 2004 y 2007. Esa tarea se la han asignado a la Iglesia y a la institución de los Derechos Humanos y está en curso su realización. Al llamado de la Iglesia ya se han prestado especialmente Evo Morales. Por ahora parece ser, pues, que ésta será la mejor vía para sostenerse en el poder, aunque está por ver si la dura realidad de las luchas se lo permitirá. Un pacto social que se combina con represiones a las movilizaciones.
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XII.- PERSPECTIVAS. EL PROBLEMA DEL PODER ESTA MÁS PLANTEADO QUE NUNCA.
En primer lugar tenemos que afirmar que pese a la los intentos de la burguesía y del gobierno por pacificar el país vía el pacto social combinada con represión, pese a los esfuerzos de las direcciones para enchalecar a las luchas en el marco de  su estrategia electoral hacia el 2007, está planteada objetivamente una dinámica de enfrentamientos. Ya hemos visto que febrero vino a pesar de la tregua de seis meses que le concedieron las direcciones, febrero se impuso a la tregua desbordando a las direcciones. ¿Y esto por que?, porque en el país después de casi dos décadas de neoliberalismo devastador, ninguna reivindicación de los trabajadores y de la juventud ha sido atendida, ni es posible que sea atendida por el gobierno dada su política neoliberal. El hambre, la desocupación, la miseria crecen, las masas se ven precisadas salir a las luchas, con las direcciones, sin la direcciones o contra las direcciones. Es lo que ha sucedido en Enero-Febrero, pero también después de esos meses y casi cotidianamente. El gobierno precisa continuar aplicando sus planes, precisa retomar la ofensiva, necesita  vender el gas de acuerdo a sus compromisos con el imperialismo, requiere cerrar el descomunal déficit fiscal que  ha aumentado este año (de 8.5 a 9.6) con mayores ajustes para cumplir con los planes del FMI. Necesita redoblar el torniquete de la superexplotación para salir de su crisis. Requiere firmar el ALCA,  etc. Las masas por su lado requieren soluciones al hambre, el desempleo, al derecho a la tierra, etc., y con ese objetivo vuelven una y otra vez a las luchas. Y, lo mas importante, no están derrotadas ni cansadas, sino que vienen de asestar una de las más contundentes derrotas al gobierno y su plan. Las masas tienen la iniciativa política hasta el momento. No se ha dado todavía ningún retroceso. Sus victorias están frescas. Es más, en la mayoría de las movilizaciones sectoriales adquieren victorias relativas (reposición de despedidos, créditos, aumentos aunque miserables, etc.). Entonces la dinámica de enfrentamientos no es una cosa del porvenir  sino de actualidad. Está entonces planteado una y otra vez  nuevas movilizaciones con bloqueo nacional, nuevas insurrecciones tipo febrero. Y en este contexto está planteado el problema del poder con más fuerza que antes. Lo está a pesar de las direcciones colaboracionistas; está planteado objetivamente, como lo estuvo en varias ocasiones anteriormente y lo estuvo así en febrero. En esta dinámica va estar en cuestión una vez más la permanencia del gobierno ya derrotado, su caída, y la necesidad de su reemplazo por el gobierno de los trabajadores. Esa es la dinámica central de la lucha de clases en el país, con los altibajos naturales, con sus giros bruscos de una situación de aparente tranquilidad a una de abierta confrontación en las calles.
Pero, indudablemente no hay que desdeñar el rol de las direcciones colaboracionistas. Ese rol hará que esta dinámica sea contrarrestada por la política de esas direcciones, que tratara por todos los medios de lograr la tregua y desviar el proceso hacia las salidas electorales, municipales primero y generales después. Sin embargo, la dinámica no va en sentido de una tregua social a largo plazo, aunque es probable que sea desviada y los procesos electorales se cumplan. Pero, aún así, los procesos electorales van estar atravesados por la crisis. Creemos que  las confrontaciones de clase en el país, el nuevo ascenso después de 15 años de neoliberalismo, ha llegado a un punto en que están planteadas dos alternativas. O una nueva derrota de las masas vía contrarrevolucionaria o reaccionaria o una victoria vía una salida obrera campesina y popular.
Para capear el temporal del ascenso la burguesía baraja  ya sea el golpe o preferidamente como está sucediendo en América Latina la reacción democrática que da origen a frentes populares (Lula, Gutiérrez) o a gobiernos con gestos populistas tipo Kichner en Argentina, todos pro imperialistas. En Bolivia ante el descrédito de los partidos burgueses como el MNR y MIR y si ese descrédito se profundizara, tiene una posibilidad de recambio burgués en el NFR, pero, si no fuera esa posibilidad está planteada el frente popular con Evo Morales y el MAS. Trabajan en ese sentido. La otra vía es que el ascenso desborde esa perspectiva y obliguen a las direcciones ir mas lejos de lo que quisieran. Nosotros batallamos por una salida revolucionaria obrera y campesina a la crisis, por el poder de los trabajadores.

XIII.- NUESTRA POLÍTICA

Para precisar nuestra política nosotros tenemos que determinar cual es la tarea central del movimiento obrero y popular en la etapa abierta. Nosotros creemos que después  del 12-13  la tarea central del movimiento obrero, campesino y popular es continuar con la tarea que febrero empezó, es decir acabar con el gobierno de Goni y el FMI y tomar el poder con sus organizaciones de clase, la COB, la CSUTCB, etc. Hay que acabar con este gobierno y todo su plan recolonizador en crisis. Esta no es una aspiración de deseos sino una tarea que se desprende directamente de la situación creada  y posible de realizarla, porque es un gobierno derrotado ya por la movilización de las masas realizada en febrero. Falta darle el puntillazo final. Por eso es un crimen que las direcciones les dé el respiro y el aliento que  necesita con su política electoral hacia el 2007. Para nosotros, la formulación central que resume esta tarea es: Acabar con este gobierno ahora y reemplazarlo por el gobierno de los trabajadores. Esa formulación la expresamos en la consiga: ¡FUERA CONI Y EL FMI! O ligándola a la lucha contra el ALCA, ¡FUERA GONI, EL ALCA Y EL FMI!. ¡ HAY QUE ECHARLO AHORA! (…)
Ahora bien, para llevar adelante este objetivo central, la otra tarea fundamental es organizar a las masas, desarrollar los organismos de lucha. En este proceso hay la contradicción entre las movilizaciones que incluso derrotan al gobierno y la falta de organización que canalice esas movilizaciones y las centralice. Por eso nosotros al tiempo de plantear como tarea eje impulsar la autoorganización de las masas, el desarrollo de sus órganos de lucha, propusimos la necesidad de superar esa contradicción con la organización de un Encuentro de las organizaciones obreras, campesinas y populares para discutir ahí la situación del país y aprobar un programa y un plan de lucha. Creemos que esta tarea político-organizativa es explosiva y ahora más urgente  que nunca, porque permite canalizar organizativamente las luchas y las formas embrionarias de organización que éstas crean; no por nada es evitada por las direcciones, y se resume en la consigna: ¡POR UN ENCUENTRO DE LAS ORGANIZACIONES OBRERAS CAMPESINAS Y POPULARES ( COB, CSUTCB, MAGISTERIO, etc.,) QUE DISCUTA LA GRAVE SITUACIÓN PRESENTE Y APRUEBE UN PROGRAMA DE CLASE Y UN PLAN DE LUCHA PARA ACABAR CON EL GOBIERNO Y REEMPLAZARLO POR EL GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES!  Esta es una fórmula general que la planteamos hace casi un año y es más válida todavía después del 12-13, sólo que ahora puede ser planteada mediante otra más concreta de acuerdo a la situación surgida después de febrero. Esa consigna la planteamos cuando la COB aún se encontraba debilitada, pero ahora después de febrero, que  ha vuelto a cobrar protagonismo y no es casual, ya que obedece a  que sus bases vienen de derrotar al gobierno y está no sólo en el  centro de la discusión en el movimiento obrero, sino que al calor de este debate, está convocado el Congreso Nacional tras derrotar las maniobras del sector dirigente más derechista, el planteo dirigido a este organismo es mas directo. Nosotros a diferencia de los reformistas tenemos que reivindicar a la COB para que vuelva a jugar el rol centralizador de los trabajadores y el pueblo que tradicionalmente ha cumplido, tenemos que bregar por dotarle de una dirección clasista y de combate. Por eso, nuestra consigna político-organizativa para impulsar esta tarea, ahora que está convocado el Congreso de la COB es: ¡ POR UN CONGRESO DE BASES DE LA COB QUE APRUEBE ACABAR CON EL GOBIERNO Y REEMPLAZARLO POR EL GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES! !POR UNA NUEVA DIRECCION CLASISTA Y DE COMBATE!.
 No puede ser un Congreso más, sino uno que responda a la tarea central del movimiento obrero campesino y popular en la hora actual. Un congreso que apruebe acabar con el gobierno mediante la movilización de las masas, un programa de clase y un plan económico obrero y popular cuyos ejes sean romper con el FMI, anular el decreto 21060 y la 1008, no pagar la deuda externa, rechazar el ALCA, recuperar el gas y el petróleo y las capitalizadas para ponerlos al servicio de los trabajadores y bajo su control, y un Plan de Lucha para ejecutar esos objetivos, teniendo como centro la Huelga General con bloqueos y la preparación de la Autodefensa Armada de las masas. (…)
Nuestra consigna de gobierno: Gobierno de Evo con la COB, la CSUTCB, etc., sigue vigente, pues se encuadra dentro de la política  de Encuentro o congreso de la COB que apruebe acabar con el gobierno y asumir el poder. Podemos formularla diciendo que la COB asuma el gobierno con Evo y otros dirigentes obreros a la cabeza. Son variantes de la misma formula general según la situación lo plantee. También si la  COB después de ese Congreso protagoniza las movilizaciones centrales podemos retomar la antigua consiga de  Gobierno de la COB o todo el poder a la COB, etc.
Aquí debemos ratificar que en este marco, siempre estamos por la unificación y centralización de las luchas, por el Paro nacional con bloqueos hacia la huelga general, etc. conforme hemos venido aplicando en  anteriores oportunidades.
 Estas son las exigencias centrales que  debemos plantear a las direcciones empezando por el MAS y Evo, que ahora dirige también a la CSUTCB, a las direcciones de los mineros, fabriles, etc., y al POR. (…) Son las exigencias  que presiden nuestra política hacia las direcciones, pero en ese marco debemos denunciar y decir: no al pacto social  de hecho ni de derecho, ningún acuerdo nacional con la burguesía, no más treguas que salvan al gobierno. Debemos denunciar el pacto de hecho vía el parlamento que practica el MAS y el MIP, denunciar la política traidora del ayni de Filemón Escobar y de la dirección del MAS. Denunciar también el pacto de hecho de las demás organizaciones como el POR, el PC etc.  Contra el Reencuentro social que vienen impulsando la Iglesia y los derechos humanos para salvar al régimen y al gobierno, debemos plantear el Encuentro de los trabajadores y el Congreso de la COB para acabar con este gobierno y reemplazarlo por el de los trabajadores.
En este marco hay un debate que debemos emprender y que tiene que ver con el carácter de la salida a la crisis del país que la situación demanda. De suyo se comprende que al formular nuestra política, nosotros nos oponemos radicalmente a al planteo de salida democrático burguesa a la situación que es defendida por  las direcciones. Esa es la pelea central con el MAS cuya estrategia es “la defensa de la democracia” y el cumplimiento religioso de los plazos electorales y en este marco el reclamo de Constituyente. Para nosotros la salida a la crisis hoy día, no después, sino hoy día y no por una cuestión de programa solamente, sino porque la realidad lo ha planteado objetivamente, es obrera, campesina y popular, es decir una salida insurreccional, en la vía del 12-13, de clase para el país. La salida no es la renuncia de algunos ministros o la renuncia de Goni para que lo reemplace el vice o la presidenta del Congreso que son salidas reformistas y dentro del régimen. La salida es como lo hemos fundamentado, organizar la movilización de las masas para continuar la tarea que febrero ha empezado: terminar con el gobierno de Goni y el FMI y reemplazarlo por el gobierno de los trabajadores del campo y la ciudad.  En este marco todas las reivindicaciones democráticas posibles, pero en este marco central. Para nosotros esa es la tarea central del movimiento obrero campesino y popular como hemos dicho. Nosotros no planteamos entonces como salida el reclamo de Constituyente que es una salida democrático burguesa, sino el de Encuentro de los trabajadores, congreso de la COB para organizar la lucha por acabar con el gobierno y disputar el poder vía movilización insurreccional de las masas.
CC del MST.
La Paz, julio de 2003.

 

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