Tras las elecciones del 4 de abril se abrió una agria discusión sobre si el MAS ganó o perdió en dicha contienda. También disconformidad con algunos resultados con denuncias de fraude de uno uy otro lado que aún subsiste. La derecha aprovechó el bajón electoral del gobierno para posesionar una interpretación derrotista. Por su parte, el gobierno hizo lo contrario, tratando de mostrar una victoria o un avance, apelando a una comparación con los resultados de 2004. Cada cual llevando agua a su molino. Es necesario un análisis más objetivo.
Los resultados muestran que el MAS ganó 6 gobernaciones de las 9 en disputa, con la novedad de que ganó en Pando, hasta hace poco coto privado de la derecha, parte de la llamada Media Luna. Pero, ganó sólo tres alcaldías de las 10 más importantes en disputa: Cochabamba, Cobija y El Alto. Otra vez, lo nuevo resultó su triunfo en Cobija (Pando). Sufrió derrotas importantes a nivel de alcaldías en la Paz, Oruro, Achacachi, Quillacollo, Corocoro, etc., lugares que siempre votaron mayoritariamente por el gobierno.
Sin embargo, logró en casi todos los departamentos y alcaldías, una significativa votación para asambleistas departamentales y también concejales. Tiene mayoría incluso en la Media Luna para no hablar en los departamentos de occidente. Esto equilibra su derrota en las gobernaciones donde ganó la derecha (En Santa Cruz tiene mayoría de asambleistas) y lo fortalece en las de occidente. En La Paz, por ejemplo, perdiendo la alcaldía empata en concejales.
UNA VICTORIA CON SABOR A DERROTA
A la luz de estos resultados no se puede afirmar categóricamente que perdió, tampoco que ganó sin atenuantes. En realidad obtuvo una victoria pero relativa, debido a pérdidas importantes como en el municipio de La Paz y Oruro. Una victoria con sabor a derrota por los resbalones en lugares emblemáticos.
El comparar 2004 con 2010 no es lo más apropiado. Desde ese punto de vista hubo efectivamente un avance, pero desde entonces el MAS obtuvo triunfos espectaculares, superiores a 2004, siendo el más reciente, las presidenciales de diciembre del año pasado. La comparación que corresponde es hacerla con estos últimos resultados. Y según esto, se podía pensar que se repetiría es votación. Pero, como veremos mas adelante, fueron momentos distintos. Para empezar, las del 4 de abril tenían una característica distinta. Se votaban por candidatos departamentales (gobernadores) y por ciudades (alcaldes). El candidato no era Evo Morales aunque patrocinó a los suyos. Era entonces previsible que disminuyera sus votos aunque era de esperar que ganara en todas su plazas fuertes de occidente. Lo sorprendente ha sido la derrota en La Paz y Oruro. Este resultado empalideció su victoria global.
CONSECUENCIA DEL GIRO A LA DERECHA
Pero es necesario explicar las causas básicas que determinaron este desenlace.
Los resultados antedichos se producen en el marco del giro a la derecha (más a la derecha) de la política del gobierno. Fenómeno que viene desde el pacto con la burguesía y sectores de la derecha en la aprobación de la Nueva Constitución Política del Estado (NCPE) y que tuvo su mayor expresión en las elecciones de diciembre. En éstas no sólo recibió el apoyo de su base propia, el movimiento obrero y campesino, sino también debido a ese giro, el apoyo de amplios sectores medios de las ciudades, la burguesía y sectores de la derecha (Juventud Cruceñista). Por el amplio espectro del apoyo recibido fue una votación excepcional en la línea del revocatorio. Difícilmente podía repetirse por el distinto carácter de las elecciones a gobernadores y alcaldes.
El gobierno, siguiendo el mismo curso derechista, encaró las elecciones del 4 de abril, recurriendo a candidaturas ajenas a su propia militancia, candidatos que fueran potables para sectores proclives a la derecha con el fin de quitarle base de masas a la misma. Así, nombró como candidatos a Roberto Fernández y Jerjes Justiniano en Santa Cruz, a la ex miss Bolivia Jessica Jordan en el Beni, al ex rector Carlos Cabrera en Tarija, etc. Pero recurrir a este tipo de candidaturas no dio el resultado que esperaba, todos ellos perdieron, aunque algunos alcanzaron alta votación.
Esta política generó, sin embargo, descontento en sus propias filas. Muchos de sus integrantes se vieron marginados y se apartaron. Antes fue Loayza, ahora Lino Villca. Este último fue manifestación directa de este giro, lo que costó al MAS derrotas simbólicas como la de Achacachi.
A su vez varios nombramientos fueron hechos a dedo como lo denuncian los propios adeptos del MAS, algunos de ellos impuestos arbitrariamente como en Achacachi, Corocoro, etc. Imposición burocrática que, al contrario de lo que afirma, es propio de Evo Morales, y que provocó un voto castigo en esos lugares.
En este cuadro, las elecciones del 4 de abril no eran homogéneas como para las presidenciales. Como hemos dicho, se votaban por departamentos, que combinan ciudades con el campo (gobernadores) y por ciudades (alcaldes). Es sabido que el gobierno tiene mayor influencia en el campo que en las ciudades. Por eso ganó todos los gobernadores de occidente y también Pando. Pero perdió alcaldías en ciudades importantes de occidente y la mayoría de la Media Luna. Esto era entonces previsible. En la pérdida de La paz y en Oruro influyo además la soberbia con que fue tratado el MSM en el contexto de una actitud similar a nivel global que resulto contraproducente. Sectores medios se volvieron contra el MAS en varias ciudades aunque haya votado antes por Evo.
Además hay que mencionar un elemento que no pasó desapercibido. El MAS no tuvo candidatos con liderazgo propio. Salvo Novillo de Cochabamba y Urquizu de Chuquisaca, el resto o fueron mal escogidos o con poca representatividad. Se dice, por ejemplo, que en EL Alto, Edgar Patana no fue candidato de consenso, sino impuesto, de ahí su baja votación.
La combinación de estos elementos, en el marco del giro a la derecha, determinó una victoria deslucida.
LA DERECHA PIERDE PANDO Y SE MANTIENE EN PARTE DE LA MEDIA LUNA.
La derecha oligárquica no ha salido tampoco muy bien de esta contienda. Si bien ganó en Santa Cruz, Beni y Tarija, perdió en Pando. Su triunfo no tuvo la contundencia de otras elecciones. El MAS le pisa los talones en esos lugares a nivel de gobernadores, además de recuperar la gobernación de Sucre y, como hemos dicho, a nivel de asambleistas hasta son mayoría.
Aún la derecha mantiene el control de parte de la Media Luna, pero no ha recuperado su fuerza de antes del 2008, cuando sufrió su derrota política. Por otra parte, ni la Paz ni Oruro se fueron a la derecha, sino con el MSM que es un partido burgués de “centro izquierda”. Su triunfo lo proyecta como una fuerza importante, pero está por ver si será una alternativa en el futuro. El otro partido burgués de “centro derecha”, de Doria Medina, por vez primera, logra resultados favorables: En EL Alto donde salió segundo y en Cochabamba donde casi empata con el candidato del MAS a la alcaldía.
A pesar de su bajón electoral el gobierno tiene mayoría a nivel nacional, aunque entra en un proceso de erosión y recomposición social por el mencionado giro.
PERSPECTIVAS
Su derechización lo va transformando en un gobierno directamente de la burguesía, un gobierno de orden, un “frente popular de derecha”. Su plan fundamental no es profundizar reformas, sino institucionalizar las contenidas en la NCPE en acuerdo con la burguesía. Al producirse esta conversión está planteado que vaya perdiendo posiciones al interior del movimiento obrero y campesino en beneficio de sectores del empresariado, la clase media e incluso de parte de la derecha. Es entonces probable que en adelante los enfrentamientos se den más con la clase trabajadora que con el empresariado y la derecha, salvo los juicios a personas por los delitos de corrupción, separatismo, malversación de fondos, genocidio, etc. No es casual que esté en curso ataques a la clase trabajadora como el Código de Trabajo antiobrero, una ley de Pensiones a favor de la patronal, salarios miserables con aumentos irrisorios, disminución de presupuestos universitarios, etc. medidas contra las cuales ha empezado la lucha de los trabajadores a pesar del apoyo que le ha dado y le da al gobierno.
Su pacto con el empresariado nacional y transnacional, le impide atender satisfactoriamente las reivindicaciones centrales de la clase trabajadora. Incluso tampoco las de sectores indígenas como los agrupados en la CONAMAQ que se ha desmarcado del gobierno.
Este es el proceso que está abierto no exento de contradicciones. En ese marco esta en desarrollo la aplicación de la NCPE: La implementación de las autonomías, la elección de las autoridades del Poder Judicial de diciembre, etc. Es decir, la institucionalización de las reformas tibias, por las cuales cambió algo para que todo siga igual en lo fundamental.
Tomado de Chasqui Socialista 216.
