RECHAZAMOS Y CONDENAMOS EL ACTO DELINCUENCIAL EN LA UNIVERSIDAD TOMÁS FRÍAS DE POTOSÍ
EN DEFENSA DE LA VIDA DE LAS BASES Y SU DERECHO A ORGANIZARSE EN ASAMBLEA
CASTIGO PARA LOS PERPETRADORES
QUE EL GOBIERNO Y SU POLICÍA QUE TIENE EL MONOPOLIO DE LOS GASES LACRIMÓGENOS NO SE LAVEN LAS MANOS
Rechazamos y condenamos los actos delincuenciales perpetrados en contra de la vida de estudiantes de la Universidad Tomás Frías de Potosí. Actos que tuvieron el objetivo de destruir la Asamblea como organismo de decisión de las bases para desmoralizarlas. Exigimos juicio y castigo para los responsables de tan lamentable suceso que tuvo el saldo de 4 estudiantes fallecidos, 5 en terapia intensiva y más de 70 heridos.
Todo sucedió el 09 de mayo, cuando después de mucho tiempo de desorganización por el confinamiento en pandemia, el estudiantado comenzaba a reorganizarse en una masiva asamblea para definir la convocatoria a elecciones a la Federación Universitaria Local (FUL). En pleno desarrollo, un grupo lanzó granadas de gas en el coliseo que solo contaba con una salida. De acuerdo a las declaraciones del comandante de la policía, Jhonny Aguilera, previamente se había cerrado la puerta.
Los delincuentes no solo impidieron que se desarrolle el evento, sino que, objetivamente provocaron la destrucción de la organización de base atentando contra la vida de las mismas. ¿A quién le interesa que la base le tenga miedo a organizarse? ¿A quién le interesa desmoralizar a las mayorías? El ataque delincuencial fue un acto premeditado por grupos de poder que tienen acceso a material bélico policial como el gas lacrimógeno, que solo está resguardado por el Estado y su aparato represor.
De inmediato surge la campaña contrarrevolucionaria en contra de las Asambleas y a favor de que la policía entre a la Universidad sin importar la violación a la autonomía. Se incentiva al miedo en la base. Y todo esto después de un acto premeditado.
El movimiento universitario de Potosí tenía el antecedente de haberse movilizado implacablemente contra el gobierno de Evo Morales. Eso le costó la persecución política del gobierno de Arce que a través de la Fiscalía General del Estado exigió al Consejo Universitario los nombres de los líderes del movimiento. El odio hacia las bases de esa universidad estaba más que presente dentro del partido de gobierno.
Se trata de un golpe contra una universidad que logra reorganizarse en Asamblea masiva estudiantil después de más de 2 años de ostracismo por pandemia. Una reorganización que se perfilaba como ejemplo para las demás universidades que hasta ahora viven las maniobras burocráticas e imposición de elecciones fraudulentas precisamente porque las autoridades y dirigentes marginan a las bases de la toma de decisiones. El fraude de la FUL UMSA por ejemplo, donde Quelali, un eterno dirigente estudiantil perteneciente al MAS se encaramó en el poder con el apoyo de la policía que evitó que las protestas invaliden su fraude electoral.
Otro ejemplo ocurrió en la UPEA, en 2021, donde una pelea entre facciones del aparato masista provocó el fortuito deceso de 7 compañeros. Finalmente, un acuerdo entre el Rector a fin al MAS y la fiscalía cerró el caso sin indemnización, ni culpables y con los acusados libres.
No es novedad que el MAS está encaramado en el sistema universitario y que para mantenerse ahí se vale del aparato estatal junto a maniobras corruptas, burocráticas, fraudulentas y violentas atropellando la democracia universitaria y su autonomía. De ahí que Max Mendoza, eterno “dirigente estudiantil”, se ha enraizado en la CUB con el objetivo de adormecer al movimiento universitario en beneficio del gobierno.
Y resulta que, cuando las mayorías levantan la voz en Potosí, se atenta contra sus vidas. Esto solo puede interesarle a quien detenta el poder contrarrevolucionario y corrupto. A quienes buscan someter y que la policía tome mayor control sobre las universidades apoyándose en atentados que generen miedo a la organización de bases y se elimine la Autonomía Universitaria.
Expresamos enfáticamente que el partido de gobierno y su policía no pueden hacerse de la vista gorda respecto a su responsabilidad en el control que tienen de los elementos de represión como el gas lacrimógeno que, “casualmente”, fue usado en la asamblea universitaria.
POR RECUPERAR LA VERDADERA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA
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