¡NI AÑEZ NI EL RETORNO DE EVO!
RECONSTRUIR EL IPT FUNDADO EN HUANUNI.
POR UNA NUEVA DIRECCIÓN CLASISTA Y DE COMBATE
PARA RETOMAR OCTUBRE.
CONTRA LA OFENSIVA QUE PRETENDE EJERCER EL IMPERIALISMO.
Texto en inglés: MST DECLARATION BOLIVIA
Texto en Portugués: Bolívia preparar a tomada do poder pela COB
UNA INSURRECCIÓN, NO UN GOLPE:
El burdo fraude electoral de Evo Morales hizo estallar la movilización insurreccional de masas en su contra. Esto solo fue la punta del iceberg del descontento social. El ajuste económico que el MAS vino aplicando durante años, muy elogiado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, produciendo precariedad del trabajo, desempleo, quiebre de fábricas, cierre de empresas estatales, reducción de presupuesto a salud y educación, el incendio en la Chiquitanía en favor de la agroindustria transnacional, sumado a la represión de las protestas y asesinatos en las mismas, el despido y encarcelamiento de líderes sindicales, la persecución política, entre otros, le pasó una abultada factura hasta hacerlo caer.
Las movilizaciones contra el fraude iniciaron el 21 de octubre, a la cabeza de la juventud auto convocada de colegios y universidades. A esto se sumaron los paros cívicos y la vanguardia trabajadora encabezada por la Central Obrera Departamental (COD) de Sucre, COD Potosí, fabriles de Cochabamba, mineros de San Cristóbal, de Mina Chojlla, magisterio urbano de La Paz, trabajadores administrativos de la UMSA, campesinos de ADEPCOCA y Achacachi. La Lucha se profundizaba y el MAS lanzaba la línea de enfrentar a sus seguidores junto a algunos lúmpenes contratados contra el pueblo sublevado. A sus hordas se les fue dotando de armas de fuego. En Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, los enfrentamientos dejaron heridos y muertos. La tensión aumentaba y la consigna de ¡abajo el fraude! se transformó en ¡fuera Evo! No fue un golpe de Estado, sino una insurrección, parte del proceso revolucionario de octubre de 2003.
Pese a esta situación, la socialdemocracia y el estalinismo populista de Maduro, Kirchner, Ortega, López Obrador, el castro chavismo en general y sus seguidores pseudotrotskistas a nivel mundial, se empecinan en sostener que en Bolivia se vive un golpe de estado. Esta política no hace otra cosa capitular al proimperialista Evo Morales, una de las variantes de la burguesía.
CRISIS DE ESTADO Y VACÍO DE PODER
Mientras la protesta se masificaba, Evo Morales acudió a la OEA para iniciar una auditoría al proceso electoral, asegurando que existían los expertos adecuados para transparentar los resultados. Una medida para desmovilizar, pero que no funcionó por la desconfianza que generaba ese organismo imperialista debido a los fraudes que avaló en Venezuela y Nicaragua. El 8 de noviembre, producto de la insurrección, la policía dejó de cumplir las órdenes del gobierno, en clara insubordinación se negó a seguir con la represión. Se amotinó y se sumó a las protestas. Se quebró un pilar sostenedor del Estado sumiendo a éste y al régimen en una severa crisis.
La Plaza Murillo estaba libre. Se generó el vacío de poder. Comenzó una crisis revolucionaria. La policía sublevada realizó asambleas en su interior y resolvió cambiar a sus comandantes y proteger a los movilizados, principalmente a mineros y juventud estudiantil de los ataques armados del MAS.
El domingo 10 de noviembre, a la OEA no le quedó más remedio que quitarle el apoyo a Evo y emitió un informe por adelantado confirmando el fraude. Luego, la Central Obrera Boliviana (COB) y la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) solicitaron la RENUNCIA DEL PRESIDENTE para traer la pacificación al país. Ante la insurrección, la cúpula del ejército también recomendó la renuncia de Evo.
El gobierno se quebró, Evo Morales y García Linera anunciaron su renuncia en conferencia de prensa. Ministros, Gobernadores, Alcaldes, Senadores y Diputados también dimitieron. El movimiento de masas los rebasó.
ATENTADO CONTRA LA VIDA DEL PROLETARIADO, MUJERES Y JÓVENES
Antes de renunciar, Evo Morales llamaba retóricamente a la pacificación, pero en la práctica promovía una guerra civil llamando a sus funcionarios, bases cocaleras del Chapare; contratando lúmpenes y terroristas para agudizar el enfrentamiento con los movilizados. Asesinó a tres de ellos antes de dimitir y dejó cientos de heridos.
Cuando se produjo el vacío de poder, distribuyó más armas a delincuentes de sus filas. ¿A quiénes atacó? ¿A Mesa? ¿A Camacho? Los supuestos golpistas no recibieron ni un rasguño, todo lo contrario, días antes, cuando Camacho llegó al aeropuerto de El Alto, el gobierno le garantizó una fuerte escolta policial para su seguridad. El MAS atacó al proletariado y a estudiantes con armas de fuego y gases lacrimógenos. El 10 de noviembre, los disparos de bala interceptaron a los mineros en Challapata. En Vila Vila destrozaron las flotas del comité de Sucre y Potosí, los comités con más contenido obrero y juvenil. Golpearon universitarios y sectores populares que venían en caravana para fortalecer la protesta. Secuestraron a choferes y tomaron como rehenes a mujeres. La policía amotinada fue a darles ayuda y salvó a los mineros de la carretera de Challapata de una muerte casi segura.
Las represalias contra quienes se movilizaron continuaron. El 13 de noviembre quemaron de la casa de Nelson Condori, dirigente campesino de un sector de los ponchos rojos disidente al MAS.
LA BURGUESÍA EN CRISIS:
La Burguesía, en un inicio, pretendió cerrar filas con Evo. El imperialismo le dio el respaldo con la política de auditoría electoral de la OEA, asimismo, el empresariado nacional estaba en silencio, expectante, beneficiando al estatus quo. Pero, con la profundización de la protesta, la entrada a la misma del proletariado y la ruptura de la policía, el empresariado, representado por la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), le quitó el apoyo para pasarse al lado del Comité Cívico de Santa Cruz del derechista Luis Fernando Camacho. La OEA también cambió de línea y, en lugar de legitimar el engaño electoral, recomendó nuevas elecciones admitiendo que hubo fraude.
La oposición política burguesa se colgó de las protestas, pero la movilización comenzó a cuestionar a su principal candidato agitando la consigna ¡Ni Evo! ¡Ni Mesa! Cuando llegó el vacío de poder, la burguesía no tenía alternativa, los comités cívicos a los que el gobierno acusó de golpistas, no ejercieron el poder, ni Camacho, ni Carlos Mesa, todo lo contrario, todos ellos llamaron a esperar, a no tomar Plaza Murillo. Así estuvieron durante 4 días, se limitaron a que surja una salida constitucional en el legislativo, mientras se replegaban a festejar su victoria por adelantado. Evo Morales, el otro candidato de la burguesía se replegó al Chapare. La OEA se apegó a la salida constitucional, pero barajando la posibilidad de que Evo cumpla su mandato constitucional hasta el 22 de enero de 2020.
Finalmente, el 12 de noviembre, asumió el gobierno la presidenta del senado, Jeanine Añez, representante de la derecha neoliberal. Se dio la salida constitucional que buscaba la burguesía. Un gobierno transitorio extremadamente débil, que tiene la tarea de llamar a elecciones, pero que despertó otra protesta de masas campesinas y de la ciudad de El Alto. Aunque han logrado unificar a la policía entorno a la defensa de un nuevo gobierno burgués, queriendo sepultar la experiencia del motín, la burguesía continúa teniendo problemas para controlar las movilizaciones.
EL CONTENIDO PROLETARIO
Previamente al fraude, el proletariado ya estaba en pie de lucha por sus reivindicaciones laborales, pero también por las libertades democráticas; mineros encabezados por San Cristóbal de Potosí, la Chojlla, Mina Tierra, maestros urbanos de La Paz, Sucre, Cochabamba, fabriles, médicos y trabajadores en salud, campesinos de ADEPCOCA, Achacachi, entre otros. Luchas con reivindicaciones obreras como las de Sucre y Potosí bajo la dirección de sus Comités Cívicos y Centrales Obreras Departamentales exigieron la nacionalización del Litio, como la recuperación de los yacimientos hidrocarburíferos de Incahuasi, consignas antiimperialistas que debilitaban al gobierno, poniendo en evidencia su carácter burgués.
Se preveía una agudización de la lucha de clases por la política económica entreguista, pero se desviaba la misma con las elecciones nacionales. Sin embargo, en esas mismas elecciones estalló la protesta masiva por una reivindicación democrática, derrotar el fraude. Esta tuvo como antesala las luchas proletarias, campesinas y populares contra el entreguismo. Prueba de ello es que el pueblo trabajador de Potosí logró en esta lucha que el litio no se entregue a una transnacional alemana, el gobierno tuvo que retroceder y anular el decreto entreguista. En suma, la caída de Evo Morales no se produce por un Golpe de Estado de la clase dominante como dice el populismo y la socialdemocracia mundial, sino, se produce porque en sus casi 14 años de gobierno no cumplió con la agenda de octubre del 2003, no nacionalizó los recursos naturales para satisfacer las reivindicaciones pendientes, por tanto, el proceso actual es parte del proceso revolucionario de octubre, aunque con particularidades y debilidades.
EL PROBLEMA DE LA DIRECCIÓN
Debido a que la dirección de la COB estaba usurpada por el MAS, las masas obreras, campesinas indígenas y populares, utilizaron a los comités cívicos para expresar su protesta y cubrir la ausencia de dirección, siendo los que tenían mayor contenido proletario los comités cívicos de Sucre y Potosí, con consignas antiimperialistas de nacionalización de los hidrocarburos y el litio. Estos ya venían luchando con esas consignas mucho antes de las elecciones. A ellos se sumaría el comité de Cochabamba, con consignas de apoyo a las luchas obreras y campesinas. Mientras que, el Comité Cívico de Santa Cruz, una de las ciudades más pobladas del país, tenía una dirección de derecha con Luis Fernando Camacho, centrándose únicamente en el tema electoral. En La Paz, la lucha tenía como referente a la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) donde tiene presencia el MST-JS alzando consignas en contra de Evo y los candidatos de la oposición.
Cuando surgió el fraude del 20 de octubre, primero salió a luchar la juventud estudiantil, luego entraron sectores populares, el proletariado y el campesinado que rompió con el gobierno. La burocracia sindical vendida, fue la culpable de que la COB no dirija el movimiento insurreccional.
Las direcciones policlasistas llamaron a fortalecer a los comités cívicos, lo que produjo una representación mezclada: Camacho de Santa Cruz y Pumari de Potosí.
El hecho de que Camacho, una figura empresarial, esté a la cabeza, comenzó a dividir el movimiento. Impidió que sectores proletarios y campesinos terminen de romper con el gobierno y se queden dudando de salir a marchar. El Comité cívico de Sucre encabezado por el profesor Echalar se deslindó de Camacho y llamó a movilizarse al margen de él. Evo Morales aprovechó la entrada de este derechista para hacer su campaña de Golpe de Estado e impulsar el enfrentamiento sangriento.
Sin embargo, la mayoría de las bases obreras, campesinas, estudiantiles y populares movilizadas no se detuvieron. La poderosa presión de esta base hizo que Camacho retroceda en su perfil de extrema derecha y cambie a uno de reacción democrática, llamando a la unidad nacional y a una salida de gobierno transitorio constitucional que llame a elecciones, en el que se comprometió públicamente a no asumir el poder.
Por tanto, los comités cívicos no se dirigieron por sí solos, fueron arrastrados por la clase trabajadora para llenar el vacío de dirección que generó la burocracia sindical vendida al MAS.
LA DEBILIDAD Y FORTALEZA DEL PROCESO
El gran problema de este proceso revolucionario es que no se logró atraer al campesinado de conjunto a la insurrección. Los cocaleros del chapare no rompieron con Evo Morales, los ponchos rojos y la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) y juntas vecinales de El Alto se dividieron. Un gran sector se quedó apoyando al MAS. Aunque no pudieron impedir que caiga Evo en su momento, ahora se movilizan contra el gobierno burgués de Añez. Protagonizan una protesta revolucionaria, porque es un movimiento contra un gobierno de derecha, pero bajo consignas erradas debido a sus dirigentes masistas. Estos utilizan a sus bases para mezclarlas con hordas que aplican una política terrorista peligrosa, que da argumentos a la burguesía para justificar el uso de la fuerza militar.
El proletariado necesita ganar a esta fuerza social, apartarlas de las garras del MAS para llevarlas al camino de la toma del poder por un verdadero gobierno de los trabajadores del campo y la ciudad.
CAOS Y TERROR, POLÍTICA PARA FORZAR EL RETORNO DE EVO
El mismo día que el gobierno anunciaba su dimisión, agudizó la línea del enfrentamiento civil creando caos y terror, comenzaron a robar casas, saquear mercados, incendiar áreas verdes y transporte público. Quemaron Radio Ichilo de la Red ERBOL, destruyeron antenas de medios de comunicación como el canal universitario TVu, quemaron la casa de Casimira Lema periodista del mismo medio, la casa de Waldo Albarracín Rector de la UMSA, y varios comandos policiales, centrando su ataque en la sede de gobierno, caos y terror ante el vacío de poder con el objetivo de lograr el retorno de Evo.
En los barrios de La Paz, El Alto y los distintos departamentos, los vecinos, que son bases proletarias y clases medias, se auto organizaron para repeler a los atacantes. Fue la mejor respuesta de clase trabajadora al problema. Sin embargo, cerca de la madrugada, el caos y el terror se agudizó y fue el pretexto perfecto para que los militares salgan a las calles.
EL TERRORISMO Y EL PELIGRO DE GOLPE
Juan Ramón Quintana, antes de la caída de Evo, anunciaba que Bolivia se convertiría en una pequeña Vietnam. Con esto estaba anunciando la política terrorista que actualmente aplica. Sus hordas no atacan al Estado Capitalista, sino a la población civil. Usa las marchas de la ciudad de El Alto contra el nuevo gobierno de derecha para desvirtuar la movilización con maleantes que, en lugar de luchar contra la policía y el ejército, apedrean casas y edificios, cortan cables de luz pública, saquean pequeños negocios y ponen dinamitas a las puertas de las viviendas. En las periferias atacan a los vecinos con armas de fuego cobrándose más vidas.
El caos y terror empujó al gobierno de Añez a sacar al ejército a las calles; el miedo hace que la clase media acepte esta medida. El método del terror no es proletario. A la derecha de Añez se la debe enfrentar con asambleas de trabajadores y movilización con plan de lucha por el poder obrero, campesino y popular, no con el caos y terror. Esa política del MAS le da el pretexto a la burguesía de barajar la política del Golpe de Estado.
EL KERENSKISMO DE AÑEZ
El gobierno de Añez surge de una insurrección que generó un prolongado vacío de poder (4 días), es kerenskista, es decir, extremadamente débil. La oposición misma lo reconoce al decir que su única tarea es la de llamar a elecciones de inmediato. Fue la única opción que tuvo la burguesía ante el vacío. Sin embargo, como todo kerenskista, busca tener mayor fuerza oscilando al bonapartismo. Como hemos dicho, la política terrorista del MAS le ha empujado a sacar a las FF.AA a las calles, esto es sumamente peligroso. Ya no es solo un gobierno transitorio, está barajando la posibilidad de declarar el Estado de Sitio, intenta preparar una ofensiva imperialista mayor. Así lo demuestra en sus declaraciones cuando afirma que se va imponer la paz de la mano con los militares y más aun con los elementos de derecha recalcitrante en el interior de su gabinete, como Arturo Murillo, hombre afín a la oligarquía de la media luna y con la política de restablecer relaciones con EEUU para permitir la intervención de la DEA en el país.
Los parlamentarios del MAS que debían asumir la sucesión constitucional renunciaron y le dejaron el paso libre a Añez. El 13 de noviembre, algunos de ellos se arrepintieron y quisieron volver a sesionar, especialmente la senadora Salvatierra, pero Añez ordenó a la policía impedirles el ingreso. Mostró así una actitud kerenskista queriendo subir a bonapartista. El peligro de que la sucesión constitucional gire aun bonapartismo no solo viene de Añez, sino también de la política nefasta de los seguidores de Evo.
No podemos tenerle ninguna confianza a Añez, es necesario preparar lo más pronto la alternativa de poder obrero, campesino y popular con la COB a la cabeza.
¡FUERA CAMACHO, MESA, Y LOS NEOLIBERALES!
Los trabajadores no podemos aceptar ninguna salida burguesa. Camacho, hombre de la oligarquía de la media luna, Mesa, candidato neoliberal y ex vicepresidente de Goni, ni ningún neoliberal debe pasar a gobernar. ¡Fuera Camacho, Mesa y todos los neoliberales!
PREPARAR LA TOMA DEL PODER POR LA COB
En esta situación, el proletariado de vanguardia, que ha luchado para arrinconar al gobierno, para debilitar al régimen y al Estado Capitalista, estuvo llamado a llenar el vacío de poder y ahora está llamado a gobernar. Por eso, agentes pagados del MAS los atacaron con brutalidad, para impedir su desarrollo. Los mineros, fabriles, maestros, gremiales, campesinos junto a estudiantes de izquierda, bases de la COB que han luchado contra el gobierno, no podemos permitir este ataque.
Para derrotar la ofensiva burguesa que puede venir de la mano Añez y que se apoya en la política terrorista del MAS, es urgente recuperar la COB a la independencia de clase y preparar el gobierno obrero, campesino y popular desde su seno. Por una nueva dirección clasista y de combate. ¡Fuera Huarachi, Gutiérrez y la burocracia traidora!
Ante la movilización de masas, al dirigente Huarachi no le quedó más remedio que pedir la renuncia de Evo Morales. Ahora está claro que la tarea inmediata es la realización de un Congreso extraordinario de la COB para sustituir las tesis del XVII Congreso que orientó a los trabajadores a apoyar al MAS, y aprobar nuevas tesis que orienten a la clase obrera a la destrucción del actual Estado y a la toma del poder obrero campesino indígena y popular, para garantizar el cumplimiento de la agenda de octubre.
Preparar el poder de la COB, reactivar el Instrumento Político de los Trabajadores fundado en Huanuni por el proletariado.
MOVIMIENTO SOCIALISTA DE LOS TRABAJADORES
La Paz, 14 de noviembre de 2019