¡FUERA LA DICTADURA!
¿POR QUÉ SE SOSTIENE LA DICTADURA?
En Honduras se vive una situación inédita: Una dictadura que se sostiene más de tres meses a sangre y a fuego con la condena de casi todos los gobiernos burgueses del mundo, la ONU y la OEA. ¿Donde está su fuerza? Parece que es un misterio. Pero no es así. Paradójicamente su fuerza está en la actitud de esos mismos gobiernos, principalmente en el gobierno imperialista de Obama. La dictadura se sostiene porque más allá de la condena retórica, no hay medidas contundentes como un bloqueo económico que la asfixie y la obligue a retroceder. El gobierno de Obama que no reconoció que fuera un golpe militar, aparte de algunas medidas secundarias como el retiro de visas, no ha cerrado el caño de ayuda a las Fuerzas Armadas golpistas, como tampoco ha cortado las relaciones económicas de las cuales depende en gran medida la estabilidad de Micheletti. Bastarían medidas en ese sentido para terminar con el golpe. Habría que decir, en un plano distinto, que los gobiernos del Alba reputados de ser más radicales, lamentablemente no apelan a la movilización continental de las masas que controlan, como una forma de presión que supere la simple condena. Para no hablar de Unasur que ha capitulado vergonzosamente ante el asentamiento de bases militares en Colombia.
LA MOVILIZACIÓN DE MASASPLANTEA LA CAÍDA DE LADICTADURA
Pero, contrariamente a la política oficial de los gobiernos que señalamos, surgió una realidad imprevista por los golpistas. Ella es la heroica resistencia de las masas trabajadoras y populares. En un país que venía atrasado en cuanto ascenso y organización de masas, se produjo en respuesta al golpe, un extraordinario movimiento que aglutina a la mayoría de los sectores en el marco del Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe. Esta movilización que se amplía y fortalece cuanto más reprime la dictadura, es el principal factor que ha hecho que la misma no pueda estabilizarse. Pero es más, demandando inicialmente la restitución de Zelaya y avanzando cada vez como consigna central la convocatoria a una Constituyente, amenaza con derrocar a la dictadura y adueñarse de la situación en el país. Entonces para Obama y los demás gobiernos imperialistas y burgueses afines, el problema central no es el golpe, el cual si no fue de su conocimiento lo deja pasar, sino el ascenso de las masas hondureñas que resiste y amenaza con voltear a la dictadura por la vía revolucionaria. No duermen ante esta posibilidad que tratan de evitarla por cualquier medio.
El IMPERIALISMO TRATA DE REVERTIR EL ASCENSO DE LAS MASAS EN LATINOAMERICA
En realidad la política del imperialismo norteamericano es revertir el ascenso latinoamericano que en forma distorsionada se expresa en gobiernos como el de Chávez y Evo Morales. Busca retomar el control de su llamado patio trasero que se le insubordinó mientras bombardeaba Irak. El Plan Colombia remozado con la instalación de siete bases militares es pieza clave de esta política, donde dejar que pase el golpe en Honduras es un complemento lógico. Una victoria de las masas en Honduras sería un grave revés para esa política y sus sectores más contrarrevolucionarios. Caería por tierra su pretensión de derrotar el ascenso Latinoaméricano que por el contrario saldría fortalecido con la entrada en escena de las masas hondureñas.
POR ESO LA SALIDA NEGOCIADA
Por eso, desde el primer día la preocupación central de dichos gobiernos y sus instituciones como la OEA, fue la salida negociada, en consonancia con su discordancia básicamente retórica. Más aún ahora que el movimiento contra la dictadura se ha fortalecido.
Ayudado por la actitud contemplativa del imperialismo, la dictadura no aceptó el Plan Arias que le favorece, porque su línea principal fue y es la derrota de las masas mediante la represión, mientras instrumenta sus elecciones fraudulentas que le permita legalizarse. Pero, como no puede lograrlo, a pesar de cien muertos y centenas de heridos, intenta avenirse a una negociación en la cual busca imponer sus condiciones o ganar tiempo para levar adelante su maniobra electoral. De hecho las masas han impuesto un retrocesoa la dictadura que se vio obligada ha anular el decreto que restringía garantías constitucionales básicas. Pero en la práctica la represión y la violación a derechos elementales, incluyendo el maltrato de la embajada de Brasil y el cierre de medios de comunicación, continuaban.
Al cierre de esta edición, las negociaciones se daban en ese cuadro y estaban en curso, a través de comisiones por ambas partes, instaladas por la OEA. El regreso de Zelaya había dado un nuevo impulso a la resistencia, aunque su política va en contra de la dinámica de movilización ya que busca una solución negociada, a la cual arrastra al conjunto del movimiento. Incluso ha dado un plazo para que la cuestión sea resuelta hasta el 15 del presente. El Plan Arias aceptada inicialmente por Zelaya, entre otros puntos, rechaza la restitución incondicional de Zelaya; aboga por un gobierno de Zelaya en unidad con los golpistas, por tanto sometido a éstos; prohíbe explícitamente que Zelaya tan siquiera hable de Constituyente; plantea amnistía política, es decir la impunidad para los golpistas y sus crímenes. Es un Plan contrario a las demandas del pueblo trabajador que combate. Por eso la negociación sufrió su primer revés ante la renuncia del delegado del frente de resistencia que al parecer se desmarcó de Zelaya ante el rechazo por parte de los delgados de Michelleti de incorporar en la negociación la Constituyente. Esto podría indicar que la resistencia asumiría un rumbo propio.
SERÍA UNA DERROTA DEL MOVIMIENTO DE MASAS
Las presiones a favor de la negociación son enormes. De darse esta salida sea según el Plan Arias u otra variante, significaría una derrota del movimiento de masas, puesto que esa salida sería en cualquier caso favorable a la dictadura. Se inauguraría un precedente nefasto por el cual quedarían puertas abiertas para nuevos golpes o intentos de golpes, en la línea imperialista de revertir el proceso de luchas continentales. Si fuese así, y la OEA ha dicho que no podría ser de otra manera, está para ver la dinámica de la resistencia contraria a la negociación según el Plan Arias. Es de desear una posición firme y unitaria.
SÓLO LA MOVILIZACIÓN CONSECUENTE TANTO INTERNA COMO INTERNACIONAL PUEDE DERROCAR A LA DICTADURA
Por consiguiente la tarea central del movimiento de los trabajadores y el pueblo hondureño es desarrollar hasta el fin su movilización contra los golpistas. Esa movilización ya marcha más allá de la simple restitución de Zelaya, se ha desarrollado apunto tal que reclama la Constituyente y de hecho una salida propia de las masas en lucha. En contra de la salida negociada está planteado el impulso de una salida insurreccional: Huelga general en Honduras hasta derrocar a la dictadura. Ninguna confianza en las negociaciones. Fuera la dictadura. Que gobierne las masas en lucha a través del Frente Nacional de Resistencia, Asamblea Constituyente libre y soberana que decida la ruptura con el imperialismo y la expropiación de la oligarquía. No asambleas truchas como las que se dieron en Bolivia o Ecuador. Hacia una salida de fondo, por un gobierno obrero y campesino, una Honduras socialista en lucha por una América Latina socialista.
La tarea de los trabajadores y pueblos de América latina, es fortalecer la resistencia. Rodearla de apoyo continental. Coordinar jornadas de movilización continental. En el mismo sentido, los países del Alba que controlan las principales organizaciones populares, deben realizar una jornada de movilización continental que supere la condena y las rupturas diplomáticas.
