Elecciones 2021

Voto nulo, por la construcción de una alternativa revolucionaria

Juan Jose


Con todo un paquete de medidas electorales, los representantes políticos del poder hegemónico burgués y la dirigencia traidora ligada al MAS, han impuesto el desvío de la movilización de masas que puso al borde del precipicio al gobierno de Jeanine Áñez y en crisis a toda la institucionalidad burguesa imperante, para dar estabilidad política e institucional a los verdugos de los trabajadores; así surgió el gobierno de Arce. Las elecciones subnacionales para gobernaciones y alcaldías son parte de este plan de reacción democrática que tiene el objetivo, en última instancia, de derrotar al movimiento de masas. El MAS, con la colaboración de los partidos de oposición pretende hacer pasar las medidas económicas necesarias para la estabilización económica de la oligarquía y el dominio imperialista.

Ante el desvío del proceso revolucionario y el triunfo de la reacción democrática en el segundo trimestre de 2020 con las elecciones presidenciales, se abrió una situación de reflujo en la lucha de clases. El gobierno de Arce es mucho más fuerte en relación a Áñez que era prácticamente un cadáver político andando a cargo de instituciones burguesas que en su gestión se iban desmoronando por la fuerza de la movilización de masas. Ahora, el gobierno y el Estado burgués de conjunto dejan de estar amenazados de caer. La traición al proceso revolucionario fue propinada por la dirigencia sindical ligada al MAS, que fueron sostén del gobierno de Áñez para que no caiga, y ahora son parte fundamental del retroceso y fuerza del poder burgués de Arce. Los sectores obreros y campesinos que en julio de 2020 unificaron sus luchas bajo las consignas de salud, trabajo y educación, hoy están divididos; si bien las protestas continúan, se las hace de manera sectorial. La burocracia traidora de los sindicatos y del órgano centralizador de las luchas, la COB, se mantienen en sus puestos y se comportan como una extensión del gabinete de ministros del MAS.

Las elecciones a gobernaciones y alcaldías, aprovechando este retroceso, buscan fortalecer la institucionalidad burguesa en cada cantón, distrito y región, y legitimar a sus respectivas autoridades que en las luchas del 2019 y 2020 estuvieron profundamente en crisis.

PROGRAMAS DE DERECHA Y CENTRODERECHA

En este marco de reflujo, el proceso se desvía de lleno a elecciones con programas de derecha y centro derecha. La supuesta izquierda, el MAS, acaba de aprobar una ley antiobrera, llamada de “Emergencia Sanitaria”, que prohíbe y sanciona la protesta social en pandemia; no hay nada más derechista que eso.

Los candidatos que se oponen al MAS y que el oficialismo les llama hipócritamente de derecha, plantean cogobernar con el gobierno central. Ese es el mensaje de Iván Arias, Incluso de Manfred Reyes Villa o Camacho. El partido de gobierno es el más reticente a esto, puesto que busca ganar espacio para reactivar su proyecto bonapartista que fue derrotado el 2019, y para ello necesita el control de alcaldías y gobernaciones con súbditos directos y no intermediarios de oposición.

Las rupturas del MAS que presentan candidaturas como la de Eva Copa a la alcaldía de El Alto, no proponen ningún programa a la izquierda, sino, que llegan a defender que se haya sancionado la protesta social en la ley sanitaria. Tienen el mismo programa masista, reflejando que solo se separaron del partido azul porque no fueron designados a dedo por Evo Morales como candidatos.

No solo se rechaza, sino que se ataca la propuesta de verdadera nacionalización de los recursos naturales y la necesaria denuncia de la falsa nacionalización del MAS. Ni hablar de otras propuestas revolucionarias. Solo se debate cómo administrar la crisis y el magro presupuesto público, para no afectar el dominio imperialista de las transnacionales y la dependencia política y financiera que el país tiene ante el Banco Mundial y sus filiales, que en el último trimestre, con la política económica de Arce, no han hecho más que afianzar sus garras en nuestro territorio incrementando la deuda externa, con préstamos espurios de más de mil millones de dólares que el MAS y la oposición harán pagar a los trabajadores. No se podía esperar más de candidatos y partidos con programas de derecha y centroderecha.

¿ASCENSO FASCISTA O FALACIA MASISTA?

El principal ejecutor del desvío del ascenso revolucionario de las masas contra Áñez es el MAS. La burguesía, oligarquía y el imperialismo han cerrado filas con el partido azul. Así lo hicieron al realzar su victoria electoral en las presidenciales de 2020, desde la OEA, ONU, FMI, BM, y a nivel nacional el mismo Camacho se rehusó a hacer una campaña en contra por fraude electoral, poniéndose en los hechos a tono con los órganos imperialistas que respaldan a Arce. No hay ningún sector de la clase dominante que hoy rechace al MAS, debido a que es el partido que les ha otorgado estabilidad política e institucional. Esto es fundamental para comprender cuál es el peligro más inmediato para las masas en el presente período.

El falso socialismo masista dice que el peligro es el golpismo y fascismo externo al MAS y que la única forma de parar este peligro es cerrando filas con Evo-Arce. Pero la realidad indica que no existe posibilidades del ascenso fascista que se enfrente al MAS, sino, que el peligro es que el propio MAS, que es el partido burgués y aparato contrarrevolucionario más fuerte del momento, sea quien absorba a los elementos más reaccionarios en sus filas para propinar una derrota más profunda al movimiento de masas. Incluso, la oposición en todas sus variantes, colocándose en orden con la postura de las entidades imperialistas, giran en torno al MAS, y su mensaje electoral central es el de que si ganan las subnacionales cogobernarán con el gobierno central.

En Bolivia, a nivel histórico, el ascenso fascista presenta un rasgo principal que es el programa separatista de la oligarquía del oriente, de ruptura nacional entre oriente y occidente, pero, en este caso, no hay tal movimiento porque el gobierno del MAS representa de manera adecuada los intereses de la oligarquía. Los elementos reaccionarios no están fuera del MAS, sino dentro. Y los que no son parte interna de ellos como los partidos de oposición, sin embargo, plantean abiertamente procurar un cogobierno con el MAS. Los matices de dimes y diretes entre ellos son solo eso, matices.

El MAS, al tender a reactivar su proyecto dictatorial (bonapartista) no quiere cogobernar con nadie, sino tener el control total de las alcaldías y gobernaciones, por ello, comienza a realizar juicios e imputaciones de tinterillo para inhabilitar a sus contrincantes en estas elecciones. La oposición llora al ver que el poder judicial está en manos del MAS, pero sigue en el camino de llegar a un buen acuerdo con el partido azul para ser habilitados, tal es el caso de Manfred Reyes Villa, una figura de la derecha tradicional que otrora era separatista y que ahora busca cogobernar con el partido azul disputando la alcaldía de Cochabamba.

En conclusión, los elementos más reaccionarios o están absorbidos por el MAS o giran en torno al MAS, no hay donde perderse. Recordemos que un sector de la banda fascista, Unión Juvenil Cruceñista, ya fue absorbida por el MAS en el gobierno de Evo Morales.

ENCUESTAS Y DEBILIDADES MASISTAS

A pesar del reflujo, la etapa revolucionaria no se ha cerrado, solo se marca un retroceso en las luchas, más no su derrota definitiva. Es así que expresiones de las movilizaciones que derrocaron gobiernos anteriores se reflejan hoy, aunque de manera distorsionada. Así, dentro del MAS existen rupturas que se han rebelado contra el burocratismo de Evo Morales. Los sillazos lanzados contra su humanidad a la hora de designar a dedo a los candidatos del MAS, reflejan que sus épocas de bonaparte terminaron, pero esa rebeldía contra él solo es posible ahora porque fue derrocado por la movilización de masas y no por una cúpula militar policial. Las masas no le amaban como dice por ahí el falso socialismo, sino que rechazaron su amañada cuarta reelección.

En el retroceso relativo de las luchas, Evo retornó a Bolivia, pero ya no pudo aplicar el dedazo con la eficacia de antes debido a que su proyecto de régimen bonapartista fue derrotado por los trabajadores en 2019, el recuerdo y rebeldía de esa gesta queda aún en la memoria histórica afectando hasta a los militantes del MAS. Sin embargo, con Arce se proyecta reactivar el plan de la camarilla evista, pero con debilidades, perfilándose a ganar más fuerza con el tiempo. El dedazo continúa, pero las masas le sigue rechazando. Es así que en El Alto, el candidato impuesto por Evo no llega ni al 10%, pero su ruptura, Eva Copa, bordea el 80%, con el discurso de que ella no es parte del entorno de Evo. Desde luego, Eva Copa no se hubiera separado del MAS si le hubieran designado como candidata oficial, es decir, que se separó por una pelea de cargos, no por diferencias programáticas. En síntesis, la expresión distorsionada del ascenso revolucionario anterior se presenta en el rechazo a Evo, su dedazo y la favorable votación a quien se le enfrenta directamente, pero el reflujo o retroceso se mantiene en el hecho de que candidatos como Eva Copa no representan un programa a la izquierda del MAS, sino el continuismo y afloración de planes de centro derecha tirando cada vez más a derecha.

La pérdida por parte del MAS de espacios electorales en alcaldías y gobernaciones en El Alto y gran parte de occidente y oriente se debe a ese rechazo al dedazo de Evo y a un factor aún más importante: Arce viene atacando a los trabajadores, recientemente aprobó la ley sanitaria que prohíbe la protesta social, realizó la intervención estatal y policial al sindicato campesino de ADEPCOCA, inició las clases virtuales sin garantizar la educación fiscal y gratuita con equipos e internet para el pueblo, entre otros aspectos que le enfrentan a los trabajadores.

Sin embargo, el reflujo continúa cuando las alternativas a ellos son candidatos que aplican el continuismo programático. Ahora bien, en este marco, el MAS tiene algo a su favor electoral: el control del Tribunal Supremo Electoral y el poder judicial.

VOTO NULO

Por estas razones, con un proceso electoral a la medida de la oligarquía y candidaturas de centro derecha y derecha, los trabajadores no tenemos ninguna alternativa por quien votar en estas elecciones, y la mejor opción para retomar las luchas inconclusas por salud y la vida, trabajo y educación, es votar nulo.

Es urgente construir una verdadera alternativa de izquierda y de los trabajadores que luche por la verdadera nacionalización sin indemnización de los recursos naturales y los centros privados de salud, para que se los ponga bajo control de las bases trabajadoras y no de la corrupta administración burguesa y masista. Una alternativa que rompa con el imperialismo, deje de pagar el robo de la nefasta deuda externa, expropie las tierras de la oligarquía a favor de los campesinos de base, e inicie una verdadera industrialización de todos los recursos nacionalizados. Que luche por la escala móvil de horas de trabajo para garantizar empleo para todos, por el salario mínimo vital con escala móvil. Que impulse la coordinación internacional por la nacionalización de la gran industria farmacéutica mundial que hoy hace millonarios negocios con las vacunas a costa de la necesidad de explotados y oprimidos. Por el control de las bases obreras de esa industria contra la corrupta administración estatal burguesa, entre otras reivindicaciones. Todo en el camino de garantizar salud, trabajo y educación. En esa lucha se encuentra inmerso el Movimiento Socialista de los Trabajadores e invita fraternalmente a las bases trabajadoras a combatir de manera conjunta.

La Paz, 03 de marzo de 2021

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