BOLIVIA: BALANCE DE UNA REVOLUCIÓN DESVIADA A ELECCIONES BURGUESAS FRAUDULENTAS

Juan Jose


La coyuntura boliviana actual indica que la clase dominante ha logrado imponer su política electoral con candidatos pro imperialistas, todos a favor de la oligarquía. El presente trabajo se enfoca en explicar en qué situación entran las masas a este juego pseudo democrático en un análisis que va más allá de la coyuntura.

Es de recalcar que las elecciones pueden presentarse en diversas situaciones, tanto reaccionarias, contrarrevolucionarias, no revolucionarias o revolucionarias. Lo importante es saber en qué situación se desarrollan las actuales para responder con una alternativa de trabajadores acorde a la realidad social. Esto cobra mayor importancia cuando dos bandos de la burguesía han impuesto enormes campañas mediáticas basadas en el engaño, uno de ellos es el gobierno de Áñez, y el otro es el MAS potenciado por la socialdemocracia y el estalinismo mundial. Estos dos tienen un acuerdo fundamental en medio de tanta pelea mediática: cogobernar en el Estado para evitar una próxima insurrección de masas. Sus enfoques, más que clarificar, enturbian la situación y al ser sirvientes de la oligarquía, no son nada fiables para el pueblo trabajador. Sin embargo, son los enfoques predominantes en el país y el mundo cuando se trata de analizar Bolivia.

Así que el documento a continuación intenta responder a ese mar de farsas con un balance de lo acontecido desde la caída de Evo Morales hasta el desvío electoral actual para pasar a proponer líneas de acción proletarias.

LA BURGUESÍA Y SUS PARTIDOS EN CONTRA DE LA INSURRECCIÓN DE NOVIEMBRE

Antes de que se realicen las elecciones de octubre de 2019, Evo Morales ya estaba asediado por las movilizaciones del proletariado, el campesinado y sectores populares. La burguesía mantuvo firme el apoyo a Evo Morales hasta que éste no supo contener más a las masas movilizadas. El fraude electoral fue solo la gota que derramó el vaso.

Algunos pseudo izquierdistas dijeron que Evo rompió el pacto de la Asamblea Constituyente y por eso se ganó el odio de la burguesía, nada más falso, el pacto central de la Constituyente se basaba en la defensa de la gran propiedad privada y Evo cumplió a rajatabla ese pacto hasta el final.

Por ello, cuando se incrementaron las protestas tras las elecciones, el imperialismo le dio el respaldo a través de la OEA y la política de auditoría electoral. No contaba con que las masas desecharían la auditoría tras la experiencia de Nicaragua y Venezuela, donde el organismo imperialista avaló los fraudes. Asimismo, la oligarquía organizada en la Cámara Agropecuaria del Oriente le apoyaba con su silencio cómplice, expectante, esperando a que Evo pueda vencer a la movilización e imponer su fraude.

Incluso, la oposición de derecha tradicional, con Carlos Mesa como su candidato principal, Ortiz representante de la Media Luna, el CONADE pequeñoburgués, pedían solo la segunda vuelta electoral y que Evo termine su mandato hasta el 2020. El imperialismo y la burguesía nacional no querían una insurrección, querían una segunda vuelta, y eso significaba salvarle el pellejo a Evo Morales con la trampa electoral. EL problema es que la movilización pasó por encima de estas salidas retrógradas.

QUIENES DERROCARON A EVO FUERON LAS MASAS; NO LOS BURGUESES

En La Paz se tiró abajo esta política de la OEA, Mesa, CONADE y la Media Luna. La Asamblea General de la UMSA impulsada por el Movimiento Socialista de los Trabajadores desde la Facultad de Sociales y convocada por el Consejo Universitario, votó a favor de la propuesta de tres cuadros del MST – JS, ¡Fuera Evo!, Las autoridades universitarias quedaron desconcertadas, ellos pedían la segunda vuelta en contra de la insurrección. Pero decenas de miles de bases universitarias (trabajadores, estudiantes y docentes) se opusieron. Luego, los campesinos de ADEPCOCA realizaron su asamblea y determinaron la misma línea. Lo propio en sectores del proletariado minero, fabril y trabajadores movilizados. La consigna se generalizó.

Quienes derrocaron al gobierno no fueron los burgueses, sino las masas. Y en su movilización usaron lo que tenían en mano para deshacerse a toda costa de Evo Morales, primero sus organizaciones sindicales, luego usaron a comités cívicos para canalizar su protesta. Pero las fuerzas determinantes las daban las bases obreras y campesinas de la COB ya movilizadas con anterioridad por sus reivindicaciones. Ahí estaba el proletariado minero de San Cristóbal, Chojlla, Tierra S.A, maestros, fabriles, campesinos, estudiantes, entre otros sectores.

El gobierno, para negar la presencia del proletariado, tildó a los luchadores de “pititas” haciendo referencia a las protestas de meses anteriores de las plataformas pequeñoburguesas del 21 F, que ponían unas pititas en las calles de la ciudad sin movilizar a las masas y, por tanto, sin afectar en nada a Evo Morales. Quería decir que la protesta no le hacía ningún rasguño porque sería de unos cuantos. Pero, la insurrección que se estaba gestando no tenía nada que ver con unas simples “pititas”, y el mismo gobierno sintió toda la potencia de esta realidad viviendo en carne propia una revolución en su contra.

DOBLE PODER y CRISIS DE ESTADO CAPITALISTA

Antes de estallar el fraude, Evo ya no gobernaba en Potosí ni Sucre, el control era de las Centrales Obreras Departamentales que también tenían peso en los Comités Cívicos de esas ciudades. Ya no gobernaba en Achacachi, provincia de La Paz tomada por los pobladores campesinos. En aquellos lugares se produjo un autogobierno prolongado. Se comenzaba a desarrollar el Poder Dual. Con el fraude se agudizó la situación.

Una gran victoria que se consiguió y con mucho contenido obrero y socialista fue la recuperación de los yacimientos de Litio en Potosí de las manos de la empresa alemana ACISA. El gobierno se vio forzado a anular los contratos con dicha empresa el 3 de noviembre. Esa reivindicación para nada era de la oligarquía, sino del proletariado y pueblo empobrecido.

La profundización de la protesta llevó al quiebre de la policía, que comenzó a amotinarse en Sucre, no con los altos mandos, sino con las mujeres de base que comienzan a marchar junto a las bases de la Central Obrera de Chuquisaca. Luego se generalizó en todo el país, y lo determinante de esto es que la base policial comenzó a deliberar y desafió a sus altos mandos, en occidente exigieron la destitución de sus comandantes. Solo esto indica que no fue un operativo preparado por la cúpula, sino, un producto de la insurrección.

Tras esto, la burguesía y las cúpulas que quedaban entraron en una profunda crisis y se vieron forzadas a acomodarse a la nueva situación. La Cámara Agropecuaria del Oriente recién le quitó el apoyo a Evo y buscó otro liderazgo que le beneficie dentro del Comité Cívico de Santa Cruz y los partidos burgueses. La OEA también cambió de línea y, en lugar de legitimar el engaño electoral como hizo con Maduro, recomendó nuevas elecciones admitiendo que hubo fraude y recomendando que Evo termine su mandato hasta el 2020 pero convocando a nuevas elecciones. Los altos mandos policiales se acomodaron para no ser barridos por la deliberación de sus bases y comenzaron a amotinarse contra Evo. Todo esto no por la fuerza de una cúpula golpista, sino, por la fuerza de una revolución que los puso en una situación crítica.

La oposición parlamentaria se colgó de las protestas, pero la movilización comenzó a cuestionar a su principal candidato agitando la consigna ¡Ni Evo! ¡Ni Mesa! Luego, el 8 de noviembre se produjo la crisis revolucionaria y se inició el Vacío de Poder, Evo ya no gobernaba en los hechos. La burguesía no tenía alternativa, los comités cívicos a los que el gobierno acusó de golpistas, no ejercieron el poder en el vacío, ni Camacho, ni Carlos Mesa, todo lo contrario, todos ellos llamaron a esperar, a no tomar la Plaza Murillo. Así estuvieron durante 4 días, se limitaron a que surja una salida constitucional en el legislativo. El Estado Capitalista entró en una profunda crisis. Evo Morales, el otro candidato de la burguesía se replegó al Chapare. La OEA se apegó a la salida constitucional, barajando la posibilidad de que Evo cumpla su mandato hasta el 22 de enero de 2020.

EVO DISPARA AL PROLETARIADO Y LA BUROCRACIA SINDICAL SE DESMARCA

En esa situación, Evo sacó a sus paramilitares para enfrentarse no a la “burguesía golpista” sino al proletariado y juventud estudiantil que venían en buses a la ciudad de La Paz desde Potosí y Sucre, sectores que se autogobernaban. Sabía muy bien que su enemigo a muerte era el proletariado. Paramilitares compuestos por dirigentes corruptos y lúmpenes del MAS que salieron armados dispararon contra mineros, jóvenes y mujeres en Challapata y Vila Vila. No querían por nada que lleguen a la sede de gobierno en medio del Vacío de Poder. Fue un mensaje claro para la burguesía en donde Evo le decía que aún seguía siendo su gobierno y que estaba dispuesto a matar por ella. Pero su suerte ya estaba echada.

La Burocracia sindical, al igual que la burguesía, también se vio forzada a cambiar de línea. Juan Carlos Huarachi junto a Orlando Gutiérrez solicitaron la renuncia de Evo para “pacificar al país”. Esto fue definitivo para que el 10 de noviembre Evo presente su renuncia. Perder el control formal de la COB y la Federación de Mineros fue la estocada final. El comandante de las FF.AA, Kalimán, se acomodó de manera accesoria a la nueva situación y sugirió su renuncia también, sin cumplir ningún papel fundamental durante la insurrección. Hay que decir que en la situación revolucionaria, si la policía se amotinó desde sus bases, las fuerzas armadas iban a tener el mismo destino. Por ello, Evo Morales prefirió actuar con su brazo lumpen paramilitar y luego huir.

BURGUESÍA SIN ALTERNATIVA EN EL VACÍO DE PODER

El Vacío de poder fue muy prolongado, se produjo antes que renuncie Evo. Y cuando renunció, la revolución dejó en mayor crisis a la burguesía porque ésta no tenía un recambio inmediato, no estaba preparada para esta situación. Esperaba ante todo una sucesión constitucional que no llegaba porque el Estado Capitalista estaba herido de muerte. La estructura parlamentaria se quebró. Lo sucesores constitucionales de Evo renunciaron y escaparon del país. Tras la renuncia de Evo existieron dos días más de vacío de poder. El castrochavismo dijo que todo estaba preparado por la derecha golpista, nada más falso. La burguesía estaba temblando de lo que pudiera suceder si no se llenaba el vacío y no tenía una alternativa pensada de inmediato. Sufrió unos largos cuatro días de pánico.

LA TRAICIÓN AL PODER DEL PROLETARIADO

En ese momento, el deber de los revolucionarios era luchar por el poder concreto de las masas insurrectas. El poder de las bases de la COB. Que los trabajadores movilizados tomen el poder con la COB. Pero la burocracia sindical traicionó una vez más. Dejaron correr el tiempo del vacío de poder y no encabezaron las movilizaciones debido a años de capitulación al gobierno de Evo. El sector más corrupto del MAS aglutinado en el Chapare aprovechó esta traición y sacó nuevamente a los paramilitares para provocar terror en las masas y promover el retorno de Evo. Una línea pro bonapartista nefasta, similar a la de Maduro en Venezuela con su brazo lumpen armado de la “Guardia Nacional Bolivariana”, algunos masistas en su desesperación llegaron a pedir que gobierne el General de las FF.AA, Kalimán. Es decir, pedían un Golpe de Estado. Estaban en contra del poder de los trabajadores. La mayoría de la izquierda le capituló a Evo, pues pedían su retorno y se pusieron abiertamente en contra de la insurrección. Otros, como el POR Lora, llamaron a fortalecer los comités cívicos pequeñoburgueses sin ver el poder dual del proletariado.

ÁÑEZ, LA SUCESIÓN DE EVO

Mientras los dirigentes corruptos castrochavistas lanzaban la línea de terror paramilitar, el poder concreto de la burguesía llegó el 12 de noviembre con una fórmula constitucional elaborada por la oposición de derecha tradicional. A esa reunión de emergencia de los representantes políticos de la oligarquía, la socialdemocracia evista y sus oenegés la llamaron “prueba del Golpe de Estado” para desacreditar el papel protagónico de las masas. Pero no fue más que una de tantas reuniones que tuvo la oligarquía para darse cuenta de que estaba en crisis y que no le quedaba nada más que una forma constitucional forzada por el quiebre del Estado para llamar a nuevas elecciones.

Ante las renuncias de senadores y diputados del MAS, se dejó el camino para que Jeanine Añez asuma la presidencia ¿Qué se puede decir de esto? Pues, que se cedió el poder a la burguesía producto de la crisis de dirección del proletariado. Pero, Añez asumió el puesto de Evo después de una insurrección, es decir que su puesto era extremadamente débil.

SACABA Y SENKATA, PRESA DE LOS PARAMILITARES DE EVO Y LOS MILITARES DE ÁÑEZ

El paramilitarismo que quedó, como línea nefasta del castrochavismo ante el vacío de poder prolongado, que ya había intentado acribillar a trabajadores y estudiantes en Challapata y Vila Vila, empezó a atacar las casas de los trabajadores, a saquear los pequeños puestos de gremiales, su objetivo era crear terror en la base popular que se había movilizado y confusión en el campesinado para azuzar el retorno de Evo. No estaba atacando al Estado, estaba atacando al pueblo trabajador. Pero su estrategia de retorno de Evo solo pegó en dos sectores, Sacaba y Senkata, bajo el argumento de que Camacho del Comité Cívico de Santa Cruz había asumido la presidencia. Que el fascismo triunfó. Que les van a quitar sus tierras y van a matar a todos los indígenas porque se produjo un Golpe de Estado y no una insurrección. Es decir, con desinformación total generada por sus dirigentes que se opusieron a muerte a la toma del poder de los trabajadores.

Con el ataque de paramilitares armados y la política de terror, se generó la necesidad de protección de los vecinos en la ciudad, momento clave para que Áñez tome la decisión de sacar a los militares a las calles. Esta situación solo pudo ser posible gracias al MAS, pues las propias fuerzas del nuevo gobierno burgués no se lo hubieran permitido al asumir débilmente la presidencia.

Con el argumento de defensa de la identidad indígena y la Wiphala, unas consignas que siempre le han servido de anzuelo a la burguesía populista para acceder al poder, los dirigentes corruptos gestaron la movilización de Sacaba y Senkata, pero se aislaron porque su estrategia de fondo era el retorno de Evo. La mayoría de las masas no querían el retorno del expresidente. Muchos veían bien la defensa de los símbolos indígenas, pero rechazaban a Evo. Así que Sacaba y Senkata se aislaron por culpa de sus dirigentes, quedando a merced de los paramilitares evistas y de los militares de Áñez. De esa situación se produjo el lamentable asesinato de 34 pobladores.

EL GOBIERNO KERENSKISTA DEPENDE DEL PACTO CON LA COB

Pero, Añez tenía una revolución muy fresca asediándola, por eso, si bien la masa no se movilizaría por el retorno de Evo, sí lo haría por los muertos del pueblo y en contra de que los militares de Añez sigan en las calles. Las muertes de Sacaba y Senkata – y no la petición de retorno de Evo- desestabilizaron más al nuevo gobierno. Los militares no podían darle la estabilidad que necesitaba. Se podía preparar la movilización con las consignas: Ni Áñez ni el retorno de Evo, que gobiernen los trabajadores con la COB. De hecho, en las bases del ente matriz de los trabajadores se empezaba a cultivar una nueva movilización. El gobierno se dio cuenta del peligro en el que se encontraba y decidió iniciar de inmediato el diálogo con la dirección de la COB, la CSUTCB de campesinos y las Juntas Vecinales de El Alto (CSUTCB, las Juntas Vecinales y todos los sindicatos están afiliados a la COB).

Los dirigentes firmaron el pacto que dio tregua a Áñez con la condición de que llame a elecciones presidenciales. Es así como, tras la revolución contra Evo, el nuevo gobierno pudo mantenerse en pie gracias al pacto con la COB y los sindicatos entorno a la reacción democrática. Los militares de inmediato se retiraron a sus cuarteles porque su presencia desestabilizaba al gobierno y las elecciones fueron fijadas para el 3 de mayo de 2020.

CONCLUSIONES DE LA REVOLUCIÓN CONTRA EVO

En definitiva, el proceso revolucionario boliviano no solo cuestionó el fraude, tenía de fondo las demandas económicas, la recuperación del litio que fue un revés total contra el capitalismo y una reivindicación obrera y socialista. La caída de Evo Morales dañó fuertemente al capitalismo pues derrotó al proyecto bonapartista nefasto del castrochavismo, la socialdemocracia y el estalinismo. Cuestionó a todo el imperialismo. Se cuestionó las condiciones de vida en que vivían las masas, el régimen y el sistema. No fue una revolución democrática que solo se enfocó en el fraude, fue una revolución obrera y socialista con ausencia de una dirección bolchevique, ese fue el problema, pero fue la continuación de la revolución de octubre de 2003 que nunca fue aplastada y que volvió a plantear el problema del poder del proletariado.

EL COGOBIERNO DE ÁÑEZ Y EL MAS PARA SALVAR AL ESTADO BURGUÉS

El Estado no puede salir de inmediato de su crisis. La burguesía no está fuerte y las elecciones que se vienen solo buscan dar respiro para la reconstrucción de ese Estado maltrecho y recomponer sus alternativas políticas, cuestionadas todas por la revolución. Para eso necesitan reconstruir al MAS porque este partido sigue siendo su mejor agente pro imperialista dentro del movimiento campesino y obrero, para controlar las movilizaciones próximas y estropear el ascenso revolucionario. Por eso, el gobierno de Áñez cogobierna con el MAS. Lo hace con base en el antidemocrático sistema electoral que propició el fraude de 2019 para repetirlo en 2020. El Cogobierno se refleja en la prórroga del mandato de Áñez en el ejecutivo y el MAS en el legislativo aprobado en el Poder Judicial. No otra cosa representa el hecho de perdonarle al MAS el fraude que perpetró en octubre del pasado año, y ahora le entregan cerca del 50 % de los fondos destinados a los partidos que participan en estas elecciones. La reconstrucción del MAS corre por parte del Estado burgués, no de las masas, y es una política para la recomposición del mismo Estado Capitalista que estuvo a punto de ser barrido por una insurrección.

VOTO NULO COMO RECHAZO AL SISTEMA ELECTORAL FRAUDULENTO

Los candidatos que se presentan a las elecciones no representan a los trabajadores y avalan todo un sistema electoral fraudulento que no ha cambiado en lo más mínimo. Tal situación merece el rechazo del proletariado y pueblo empobrecido. Al imponerse el desvío electoral oligárquico que solo pudo ser posible por la traición de los dirigentes de las masas obreras y campesinas, es necesario que los trabajadores respondamos rechazando a los candidatos y al sistema fraudulento en su propio terreno, en las urnas, con el Voto Nulo.

POR EL CONGRESO DE LA COB Y LA RECONSTRUCCIÓN DEL IPT

La burocracia es parte de la reconstrucción del Estado, tomó la línea defensiva de postergar congresos sindicales para no remover a los dirigentes ante la crisis del país, que no era más que la crisis del Estado Burgués y la protección de la burocracia sindical a su servicio. Gracias a que no se tomó el poder, la burocracia firmó el pacto que le permite gobernar a Añez y realizó en enero un ampliado de dirigentes en donde se resolvió extender el mandato del CEN de la COB hasta el 2022 dejando de lado el Congreso de la COB que debía realizarse en febrero de 2020. En marzo, el gobierno de Áñez legalizó tal resolución en el ministerio de trabajo como respuesta positiva al colaboracionismo que le otorga la burocracia sindical para gobernar. Sin embargo, estas medidas son solo defensivas.

En Bolivia no se vive una situación de reacción, se vive una situación revolucionaria y si el gobierno todavía continúa siendo burgués es porque las direcciones del movimiento de masas traicionaron la toma del poder. Es urgente recuperar a la COB para la independencia de clase, realizar el congreso por encima de la extensión de mandato de la burocracia porque se debe romper con la tesis del anterior congreso burocrático de 2018 que fue organizado por el MAS y le daba todo el apoyo a Evo Morales. Se debe hacer un balance impostergable de la situación política con participación de las bases de la COB en contraposición a los eventos donde solo han participado los burócratas, para prepararse para la próxima lucha que de hecho tendrá un carácter insurreccional. En este marco, debe hacerse consciente esta lucha por el poder de la COB en contra del MAS o cualquier otro partido pro imperialista. Para ello es necesario reconstruir el Instrumento Político de los Trabajadores que fue fundado por las bases de la COB en Huanuni con base en el programa aprobado en marzo de 2013.

Para enfrentar al nuevo gobierno y el desvío electoral se debe luchar en este marco. En medio de que las reglas fraudulentas de Evo Morales se mantienen vigentes y solo dan paso a candidatos de la burguesía es necesario responder con el voto nulo, prepararse para una próxima insurrección de manera consciente porque las reivindicaciones no están resueltas, luchando por recuperar la COB y todos los sindicatos a la independencia de clase rumbo al gobierno de los trabajadores y pueblo empobrecido.

La Paz, marzo 2020

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