QUE LA BURGUESÍA PAGUE LA CRISIS DEL CORONAVIRUS, NACIONALIZAR LOS RECURSOS PARA MEJORAR LA SALUD PÚBLICA

Juan Jose


La pandemia de Coronavirus ha develado una tremenda crisis de salud pública mundial. Incluso, en los países capitalistas avanzados de Europa y EE.UU el impacto de la enfermedad ha obligado a sus gobiernos a tomar medidas extremas de cuarentena. El problema es que lo hacen en el marco de salvaguardar los intereses capitalistas, emitiendo políticas para que las corporaciones pierdan lo menos posible, buscando que esta crisis la paguen los trabajadores y pueblo humilde. La cuarentena solo manda a la población a sus casas sin garantizar el sustento ni las condiciones de salubridad adecuadas para vivir. El cierre de fronteras y aeropuertos exacerba la crisis económica mundial y la burguesía usa este pretexto para despedir trabajadores, aumentando así la tasa de desempleo. Una crisis afrontada al estilo capitalista, en donde los ricos son atendidos y sus empresas protegidas mientras que el pueblo humilde debe soportar los ajustes asumidos desde la oligarquía.

Si la situación es así en Europa, en América Latina tiende a ser peor. Bolivia es un ejemplo de esto, en donde el gobierno burgués de Áñez apenas ha anunciado las medidas de cuarentena y cierre de fronteras y no se han hecho esperar los embates contra los trabajadores. La Federación de Mineros de Bolivia acaba de denunciar el despido de 80 trabajadores. Los burgueses usan el argumento del Coronavirus para justificar las medidas antiobreras.

La situación es peor para los trabajadores informales, los que no tienen un sueldo fijo y viven al día. Las medidas del gobierno no les garantizan la salud ni el alimento y se ven restringidos de ganar el pan de la jornada al ser confinados en su casa, sin siquiera garantizarles un médico que les atienda si se enferman. Tanto asalariados como informales sufren además de la presión de los bancos que están al acecho para cobrar la deuda de la casa, el taxi, el pequeño taller, que no pueden pagar por la cuarentena.

La crisis de salud se combina con la crisis económica de los trabajadores, mientras que la burguesía salva sus intereses. Por ello, en lugar de mejorar la calidad de la salud pública, el gobierno mantiene los incentivos petroleros a las transnacionales, permite que el parque Otuquis de la Chiquitanía arda en llamas para los agroindustriales, admite que los transgénicos sigan cultivándose junto a los agrotóxicos a favor de las grandes empresas, protege a las saqueadoras mineras para garantizar el despido de sus trabajadores, entre otras barbaridades, es decir continua aplicando la misma política del gobierno del MAS. Mientras le dice al pueblo que aguante el Coronavirus encerrado en casa.

El gobierno dice que ha asumido medidas por la salud de todos, pero la salud pública continúa sin tener hospitales equipados con lo mínimo para afrontar la enfermedad, la cuarentena nacional y los bonos escolares no son suficientes para afrontar la catástrofe. Nuestro país cuenta apenas con 145 camas de terapia intensiva para atender enfermedades graves conocidas. Para una población boliviana que asciende a 11.216.000 habitantes es totalmente insuficiente. Peor si se trata de atender una pandemia nueva como el Coronavirus.

En esta situación es totalmente comprensible y progresiva la movilización de los trabajadores del Sindicato de Ramas Médicas de Salud Pública (SIRMES) exigiendo mayores recursos. Movilizaciones que no solo han confrontado a Áñez, sino también al expresidente Evo Morales que en 14 años de gobierno solo agudizó la crisis del sistema de salud y en lugar de equipar hospitales se dedicaba a construir canchitas de futbol y garantizar contratos para las transnacionales.

La COB debe dejar de lado el seguidismo al MAS y el cogobierno con Áñez, que no ha traido ninguna mejora en la situación de la salud del país, y junto a las confederaciones y juntas vecinales debe organizar a la base de inmediato y encarar la lucha por salud digna y de calidad para el pueblo explotado. Exigimos a la COB ponerse a la cabeza del siguiente plan de lucha para enfrentar al coronavirus:

1) Incremento inmediato de recursos para todos los hospitales públicos del país, para equiparlos adecuadamente, afrontar el Coronavirus y todas las enfermedades que atacan al pueblo humilde.
2) Incorporación con estabilidad laboral de grandes contingentes de médicos y trabajadores en salud para tener la capacidad de atención eficaz e inmediata a la población.
3) La cuarentena de los obreros debe ser sin despidos ni descuentos y con el 100% de su salario.
4) El Estado está en la obligación de garantizar el sustento de los trabajadores informales, aquellos que no tienen un salario y viven al día, para garantizar una cuarentena con calidad humana.
5) Los servicios básicos, agua, luz eléctrica, gas e internet deben ser gratuitos en este período.
6) Distribución gratuita y repartición periódica de insumos (alcohol en gel, barbijos, etc.) para salvaguardar la salud pública en la cuarentena.
7) Habilitación de espacios de acogida para los trabajadores sin techo y gente pobre sin hogar
8) Para garantizar la sostenibilidad de la salud pública de calidad y la cuarentena humana, las empresas transnacionales deben ser nacionalizadas, verdaderamente, sin indemnización y no solo cambiar sus contratos. Empezar por las empresas que han iniciado con el despido de sus trabajadores.
9) Abrogación de la ley de incentivos petroleros aprobada en el gobierno de Evo Morales. El pueblo no quiere financiar el saqueo de sus recursos.
10) No pagar la deuda externa, que esos recursos sean destinados para salud pública de calidad.
11) Anulación de las deudas bancarias y Nacionalización de la banca privada.
12) Suspensión del control policial de la cuarentena.
13) El control de la cuarentena debe pasar a manos de las Juntas Vecinales y las organizaciones obreras y campesinas. Así como la supervisión de la repartición de los insumos médicos en manos de los trabajadores en salud.

Con este mínimo de medidas se puede realizar una cuarentena digna y humana en torno a salvar la vida y no a salvar el saqueo y ganancia de las transnacionales. Que la crisis la paguen la oligarquía, la burguesía y el imperialismo.

Por último, el mundo vive días casi apocalípticos en manos de los capitalistas ante el Coronavirus. León Trotsky dijo en 1938 que por la explotación y opresión a la que nos somete el sistema actual “una catástrofe amenaza a toda la civilización humana”. Poco después de esta frase encontrada en el “Programa de Transición” estalló la segunda guerra mundial. Marx, Engels y luego Rosa Luxemburgo postularon la tesis de “revolución socialista o barbarie”, expresando muy certeramente a dónde nos llevaría el capitalismo si no avanzamos en la transformación del sistema. Hoy presenciamos el inicio de otra catástrofe del capitalismo y no podemos quedarnos de brazos cruzados. La sociedad necesita evolucionar a un sistema superior, de lo contrario, no solo se estancará, sino que se destruirá con toda la humanidad. En ese marco, las palabras de Trotsky se hacen cada vez más actuales indicando la esencia del problema: “la crisis histórica de la humanidad es la crisis de la dirección revolucionaria”. Las condiciones para la revolución proletaria no solo están maduras, sino que se están pudriendo, hace falta formar la dirección que lleve al proletariado al poder. Hoy más que nunca debemos construir el partido revolucionario mundial.

La Paz, marzo de 2020
Movimiento Socialista de los Trabajadores.

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