¿QUÉ ES EL SOCIALISMO?
Desde hace algunos años, luego de haber sido defenestrada, tras la caída del Muro de Berlín, la palabra socialismo ha cobrado publicidad principalmente en boca de Hugo Chávez y después en algunos de sus seguidores del Alba como Evo Morales y Linera. El “socialismo del siglo XXI” en el venezolano y el “socialismo comunitario” en los bolivianos.
En ambos casos, el socialismo que reclaman parte de la condena al capitalismo como sociedad injusta. Sin embargo, paradójicamente, mientras despotrican del capitalismo y el imperialismo, el socialismo que reivindican deja en pie el sistema capitalista en sus respectivos países. Chávez habla de que el socialismo estará listo de acá a diez años. Linera habla de un socialismo para un futuro indeterminado. Mientras tanto la propiedad privada de los principales medios de producción (fábricas, minas, tierras, etc.) que es la base del capitalismo, es defendida a capa y espada e incluso elevada a rango constitucional. Hay que recordar que en ambos casos, el capitalismo-imperialista fue tambaleado por insurrecciones obreras y populares como el “Caracazo” y Octubre de 2003. Chávez y Morales surgieron como consecuencia de esas insurrecciones, pero no para darle continuidad y profundizarlas, sino para desviarlas hacia una salida reformista. Pero además se produjeron grandes movilizaciones que derrotaron a la derecha golpista el 2002 en Venezuela y el 2008 en Bolivia, en ambos casos se las perdonó, es decir se hizo eso con los capitalistas más recalcitrantes, se negoció y se pactó con ellos.
Así, mientras se promete el socialismo, se reconstruye el capitalismo en nuestros países, salvándolo de la profunda crisis en que fue sumido tras el fracaso del neoliberalismo y que, como queda dicho, insurrecciones triunfantes de masas amenazaron con acabarlo. Se habla de socialismo mientras se protege la gran propiedad agraria oligárquica, se mantiene a las transnacionales imperialistas como “socias” en la explotación de nuestros recursos naturales, al mismo tiempo que se reivindica y se remoza a las Fuerzas Armadas y Policiales que son pilares del sistema capitalista. Se habla de socialismo mientras se conservan relaciones de dominación semicolonial a despecho de las “nacionalizaciones” que no llegan a romper con la dominación económica ni en Venezuela ni en Bolivia. Se expulsan embajadores pero, el país sigue inmerso en la cadena de dominación del imperialismo mundial. Como consecuencia, las masas trabajadoras sufren todas las plagas del capitalismo, ante todo miseria y desempleo. Asistimos así no a la construcción del socialismo como dice Chávez, sino a la reconstrucción del capitalismo y la dominación imperialista, amenazada por la revolución obrera.
EL SOCIALISMO
El socialismo o una sociedad socialista, es una sociedad donde ha desaparecido la explotación del hombre por el hombre y las desigualdades sociales. No es posible realizarla sin un alto desarrollo de las fuerzas productivas (La técnica, la ciencia, etc.)- Bajo el capitalismo se crearon dichas fuerzas y desde entonces (hace 100 años) el mundo está preparado para una sociedad socialista. El socialismo presupone abundancia de riqueza y no penuria y escasez. En el pasado, debido a la falta de desarrollo de esas fuerzas hubo cooperación entre los hombres, a eso se llamó incluso comunismo primitivo, pero de ninguna manera significó el socialismo o el comunismo moderno que implica una sociedad superior al capitalismo más avanzado. Por eso es absurda y reaccionaria la posición indigenista del llamado socialismo comunitario que plantea como alternativa al capitalismo, el retorno a la comunidad antigua. En Linera es una cortina de humo para impulsar el “capitalismo andino”.
Ahora bien, como hemos dicho, el mundo hace tiempo que está en condiciones técnicas para pasar a una sociedad socialista, pero el capitalismo imperialista, no sólo se niega a abandonar la escena de la historia, sino que se resiste a sangre y fuego. Conserva la explotación del hombre por el hombre, de la clase trabajadora y los pueblos del mundo mediante guerras, invasiones, golpes de estado, etc. Depreda la naturaleza sin miramiento alguno. Aplica una política contrarrevolucionaria.
No se puede “acceder” al socialismo, si primero no se vence el poder político del capitalismo imperialista, es decir si no se derrota a sus gobiernos, mediante una insurrección armada de masas que destruya las Fuerzas Armadas y el aparato del Estado capitalista. Por eso, la principal tarea es la toma del poder político por la clase obrera y sus aliados del campo, en nuestros países y en el mundo entero. Es una tarea que implica, a su vez, la construcción de una dirección revolucionaria nacional e internacional para dirigir este proceso.
A partir de la toma del poder político, se procede a la expropiación del imperialismo y la burguesía. Se liquida a la burguesía como clase y no sólo a algunos individuos. Se acaba con la propiedad privada de los principales medios de producción. Sólo entonces se emprende la construcción de una sociedad socialista que implica la socialización progresiva de los medios de producción, la planificación económica para la satisfacción de las necesidades humanas y no para el lucro, etc.
A la toma del poder político por la clase obrera, se llama revolución socialista. A la culminación de la construcción del socialismo se llama sociedad socialista que es ya una sociedad sin clases, la primera etapa del comunismo una sociedad aún mas avanzada.
La revolución socialista se produjo con todas sus características básicas (clase obrera como clase dirigente, soviets como órganos de poder, dirección revolucionaria al mando del proceso), sólo en la Revolución Rusa de 1917, encabezada por los bolcheviques de Lenin y Trotsky. También sucedieron este tipo de revoluciones con características diferentes, en China y Cuba para referirnos a dos de las varias producidas en la posguerra. En Cuba como en China como consecuencia de la toma del poder por direcciones que fueron más allá de lo que querían, se expulsó o se expropió al imperialismo y a la burguesía.
La construcción de la sociedad socialista pudo emprenderse a partir de estas premisas. Pero en ningún país se llegó al socialismo. Hubo un proceso de burocratización contrarrevolucionario estalinista tras la muerte de Lenin que impidió la construcción del socialismo en Rusia. El mismo proceso, desde sus orígenes, se produjo en China y Cuba. Esos procesos como sabemos terminaron en la restauración capitalista.
La lucha por el socialismo como única alternativa al capitalismo imperialista sigue pendiente. Hay que empezar de nuevo sobre la base de las experiencias fallidas y traicionadas.
Pues bien, según venimos señalando, ni en Venezuela ni en Bolivia ha habido una revolución socialista. Ni del tipo de la revolución Rusa, ni tampoco algo parecido a la revolución cubana o china. Antes bien los procesos insurreccionales que pudieron evolucionar a ese tipo de revolución, fueron desviados en esos países y clara y concientemente en Bolivia por Evo Morales. Una vía reformista en ambos casos que cambió varias cosas pero dejando en lo fundamental el dominio burgués e imperialista aunque recortado. No se llegó ni a pisar los talones de la Cuba de los inicios de los sesentas, una Cuba que ahora retrocede al capitalismo.
Es entonces pura fraseología y retórica embustera hablar en estos casos de socialismo o construcción del socialismo. Puede ser un socialismo diferente, “socialismo del siglo XXI”, pero no puede llamarse tal cosa a la coexistencia con el capitalismo y el imperialismo, no puede llamarse socialismo al retorno al pasado primitivo en convivencia con el capitalismo-imperialista.
Por otra parte, el socialismo no se puede alcanzar en un solo país como planteó Stalin y después todos sus seguidores burocráticos. Hay interdependencia económica a nivel mundial, ningún país es autosuficiente para desarrollarse independientemente de los demás, menos los países atrasados y semicoloniales. Por eso, el socialismo sólo puede realizarse a nivel internacional. La revolución socialista puede empezar a nivel nacional, pero tiene que extenderse a nivel internacional para construir el socialismo a escala planetaria. Hay que derrotar el capitalismo-imperialista a nivel mundial para hacer posible el socialismo. La experiencia de los “socialismos nacionales” que han fracasado cayendo en la restauración capitalista lo demuestran por la negativa. El socialismo será mundial o no será. La revolución socialista que dé curso a esa tarea está planteada a la vanguardia de la clase obrera y los revolucionarios de Bolivia y el mundo. En nuestro país implica, como siempre lo decimos, retomar la línea insurreccional de Octubre desviada a favor del capitalismo por el gobierno burgués actual.